El sacerdote Uriel Antonio Vallejos, párroco de la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia en Sébaco, Diócesis de Matagalpa, forzado al exilio y despojado de la nacionalidad nicaragüense, estará como residente en la Parroquia San Isidro Labrador, del cantón Vásquez de Coronado, al norte de San José, en Costa Rica.
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Así lo confirmó la parroquia costarricense este jueves 18 de enero a través de su cuenta en la red social Facebook, dando la bienvenida también al padre Edgard Josué Gamboa, como nuevo vicario parroquial.
“Y hoy se ha incorporado el padre Uriel Vallejos quien será residente en nuestra parroquia. Agradecemos a Dios el ministerio de ellos entre nosotros y nos disponemos a seguir caminando juntos, anunciando la alegría del Evangelio”, refiere la publicación.
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La Parroquia San Isidro Labrador también informó sobre la trayectoria del padre Vallejos, licenciado en Humanidad con mención en Teología, nacido en Ciudad Darío, Matagalpa.
El padre Vallejos fue administrador del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, vicario administrativo en la catedral San Juan Bautista de Jinotega, también fue director ejecutivo de Cáritas Jinotega, y la Conferencia Episcopal de Nicaragua lo nombró luego director ejecutivo de Cáritas Nicaragua.
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Asimismo, fue administrador parroquial de la Parroquia San Juan Pablo ll en la villa Chagütillo de Sébaco, director general del Hogar de Ancianos San Francisco de Asís en Chagüitillo; director del Colegio San Luis en Sébaco, administrador parroquial y luego párroco de la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia en Sébaco, que es el cargo que ocupó hasta que salió del país por veredas.
El padre Vallejos era director del Canal Católico y la Radio Católica de Sébaco, clausurados por el régimen Ortega Murillo el 1 de agosto de 2022, fecha en que también fueron cerrados otros medios de comunicación de la Iglesia en Matagalpa.
En esa ocasión, el padre Vallejos fue forzado a un encierro en la casa cural de la Parroquia por más de 72 horas en las que estuvo a yogur, pan y agua —entre la tarde del 1 y la madrugada del 4 de agosto—, cuando fue trasladado con un fuerte despliegue policial a un encierro en un seminario de Managua.
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Ese mismo 4 de agosto, cuando el verdugo policial Ramón Avellán pidió la bendición al padre Vallejos, la Policía forzó el encierro del obispo de la Diócesis, monseñor Rolando José Álvarez Lagos y 12 personas más, entre clérigos y laicos, en la Residencia Episcopal de Matagalpa.
Posteriormente, estando exiliado, el padre Vallejos fue uno de los 15 sacerdotes nicaragüenses a quienes el régimen Ortega Murillo arbitrariamente despojó de la nacionalidad, en febrero de 2023.
El padre Vallejos estuvo hasta hace unos días en España, país que le otorgó la nacionalidad.
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