El sacerdote Aurelio Bayardo López Ramírez, vicario de la Parroquia El Sagrario con sede en la Basílica Catedral de la Diócesis de León, habría salido de Nicaragua el recién pasado 19 de abril, sumándose a la creciente lista de clérigos forzados al exilio en medio de un clima de tensiones para la Iglesia en el país.
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“Se fue. No amaneció nada de él, ni sus cosas personales ni su ropa, nada. El lugar donde él estaba (quedó) completamente vacío…”, reveló una fuente eclesiástica a través de un audio enviado a Mosaico CSI.
De acuerdo con otra informante, el sacerdote López tenía planeado realizar estudios fuera del país en una fecha posterior, pero adelantó su salida de forma inesperada.
La Diócesis de León, que comprende a los departamentos de León y Chinandega, ha sido una de las más afectadas por los ataques recientes del régimen Ortega Murillo.
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El propio obispo de León, monseñor Sócrates René Sándigo, es vigilado 24 horas, denunció en redes sociales este domingo 21 de abril la abogada Martha Patricia Molina, autora del informe Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?, en el que ha documentado cientos de agresiones a la Iglesia a partir de 2018.
En otra publicación, Molina denunció que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de la Alcaldía de León, instaló un ring de boxeo frente a la Basílica Catedral de León, la noche del 19 de abril, fecha en que monseñor Sándigo festeja su cumpleaños.
“¿Acaso en esa ciudad no existe otro espacio para realizar este tipo de eventos?”, cuestionó Molina, apuntando además que “Los muros de catedral quedaron orinados y sucios, ojalá la Alcaldía de esa localidad los mande a limpiar”.
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Después del destierro de 17 sacerdotes y dos seminaristas el pasado 13 de enero —incluidos monseñor Rolando José Álvarez Lagos y monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, obispos de Matagalpa y Siuna, respectivamente— los sacerdotes Ezequiel Buenfil, Erick Figueroa y David Pérez fueron expulsados del país.
Mientras tanto, en la Diócesis de Jinotega, la feligresía católica expresa emociones encontradas ante los persistentes ataques a la Iglesia: dolor, ira y frustración ante la impotencia de pronunciarse o protestar frente a estos atropellos, lo que agrava el malestar.
También el 19 de abril, la Policía prohibió un retiro en el que participarían unas 60 personas en la Parroquia San Marcos Evangelista en Jinotega, en un incidente del que algunos laicos habrían sido retenidos con supuestos fines investigativos.
Inicialmente hubo rumores de la supuesta detención del sacerdote Juan Diego Bolívar, sin embargo, dos fuentes en la Diócesis de Jinotega negaron esa versión y coincidieron al apuntar que el padre se encontraba bien.
“El padre (Bolívar) está bien, a él no (lo retuvieron), fue a una persona que llega a la Iglesia, por una equivocación que creían que se iba a hacer una actividad ayer (19 de abril), porque usted sabe, pero era una actividad a nivel de Iglesia”, señaló una de las fuentes en Jinotega.
Por su parte, la segunda fuente comentó que una persona del Consejo Parroquial fue retenida “para investigarla, pero en la noche estaba en su casa”.
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