Nueva arremetida contra la Iglesia en Nicaragua

Al menos 13 sacerdotes, incluido un obispo, han sido encarcelados arbitrariamente en los últimos 10 días. En tanto, el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, cumplió 513 días en cautiverio

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Algunos de los sacerdotes detenidos arbitrariamente en los últimos días de diciembre.

En una alarmante escalada represiva, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua ha intensificado su persecución contra la Iglesia Católica, deteniendo arbitrariamente a por lo menos 13 sacerdotes, incluido un obispo, así como a dos seminaristas en los últimos diez días.

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El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, exiliado desde 2019, exhortó desesperadamente a la solidaridad eclesiástica. Clamó a los obispos y conferencias episcopales de todo el mundo: «No nos abandonen en este momento, oren por la Iglesia de Nicaragua y alcen su voz denunciando esta persecución de la dictadura contra nuestra Iglesia».

La abogada Martha Patricia Molina, también en el exilio y autora del estudio «Nicaragua, ¿Una Iglesia Perseguida?», confirmó que el 29 de diciembre fueron secuestrados los sacerdotes Gerardo Rodríguez, Raúl Zamora y padre Mykel Monterrey, todos de la arquidiócesis de Managua.

Asimismo, monseñor Silvio Fonseca, párroco de la Parroquia Santa Faz y vicario de la Familia, Niñez y Juventud de la Arquidiócesis de Managua, fue secuestrado el mismo día, según Molina.

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El 28 de diciembre fueron secuestrados los sacerdotes Héctor Treminio, de la Parroquia Santo Cristo de Esquipulas; monseñor Carlos Avilés, Vicario general de la Arquidiócesis de Managua; Fernando Calero, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en Rancho Grande, Diócesis de Matagalpa; y monseñor Marcos Díaz Prado, párroco de la Parroquia Santo Tomás Apóstol, en Puerto Corinto, Chinandega, Diócesis de León.

Un día antes, el 27 de diciembre, el sacerdote Pablo Villafranca, párroco de la Parroquia Nuestro Señor de Veracruz en Nindirí, Masaya, fue víctima de la misma ola de detenciones.

La escalada represiva comenzó el 20 de diciembre, cuando el obispo de la Diócesis de Siuna, monseñor Isidoro Mora Ortega, fue secuestrado junto a los seminaristas Alester Sáenz y Dany Palacios mientras iban a una actividad pastoral en La Cruz de Río Grande, en la jurisdicción política del Caribe Sur, pero eclesiásticamente de la Diócesis de Siuna.

A todos estos casos se suman dos detenciones arbitrarias del Vicario general de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Óscar Escoto Salgado, el 21 y 22 de diciembre; así como del vicario de la catedral San Pedro Apóstol en Matagalpa, padre Jáder Guido, el 24 de diciembre. Ambos clérigos fueron liberados horas después.

Mientras tanto, el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, cumplió 513 días en cautiverio, desde que junto a otros clérigos y laicos fue forzado por la policía a un encierro en la Residencia Episcopal de Matagalpa.

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