Se celebra el 29 de junio el día del maestro, en honor al héroe nacional Emmanuel Jeremías Mongalo y Rubio (1834-1872) que a los 21 años se destacó en la batalla de Rivas o 1ra batalla de Rivas en el año de 1855. En esos tiempos se desencadenaron los combates de la guerra civil (1854-1857), entre el bando democrático que apoyaba William Walker y el bando legitimista comandado por Manuel G. del Bosque y Manuel Argüello. Salieron triunfantes los legitimistas.
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Durante la refriega de Rivas el maestro Emmanuel Mongalo y Rubio y el obrero Felipe Neri Fajardo, se presentaron voluntarios para incendiar la casona de Don Máximo Espinoza, donde permanecían parapeteados las fuerzas de Walker. Al parecer la tea de Mongalo fue más efectiva que la de Fajardo para el aseguramiento del incendio del refugio filibustero. Mongalo murió a los 38 años en Granada. Había dedicado su vida a la honorable profesión de educar a la juventud de su época.
Profesora Perfecta Engracia Pérez (1870-1968)
Este día del maestro del 2023 quiero rendir honores a la reconocida “MAESTRA” de mi ciudad natal Matagalpa, la profesora Perfecta Engracia Pérez.
La profesora Perfecta nació en Matagalpa en 1870, realizó estudios de preparación con don Alfredo Scott. Este ciudadano inglés ejerció esporádicamente el magisterio en Matagalpa. Perfecta E. Pérez fue de sus primeras alumnas. Posteriormente, al fundarse el Colegio-Seminario San Luis, fue maestro de dibujo por varios años.
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La especialidad en docencia de la profesora Pérez, la desarrolló en la prestigiada Escuela Normal de Señoritas en Granada, en donde conoció a su colega Josefa Toledo, que había iniciado un par de años antes, pero aun así cultivaron una buena amistad. Posiblemente por ser ambas de tierra adentro: Josefa de Chontales y Perfecta de Matagalpa.
Una vez recibido su título de la Normal de Granada, la carrera docente de Perfecta Pérez evolucionó modestamente en el área urbana de la cabecera departamental de Matagalpa. Practicando inicialmente sus artes pedagógicas en la escuela superior de niñas, donde llegó a ser la directora.
Unos años más tarde, como “maestra ameritada”, o sea que ya había demostrado sus méritos por medio de los exámenes para recibir su certificado y también en la práctica directa de la enseñanza, sus méritos resonaron en las oficinas centrales del ministerio de Educación.
En esa época se denominaba Ministerio de Instrucción Pública. En 1925, durante la presidencia de don Carlos Solórzano Gutiérrez (1860-1936), siendo ministro de Instrucción Pública el Dr. Leonardo Arguello y estando como directora de General de Instrucción Pública y líder del Consejo de Instrucción Pública, Josefa Toledo de Aguerri; la profesora Perfecta Pérez fue nombrada directora de la Escuela Normal de Indígenas de Matagalpa. Esta era una responsabilidad orientada a la formación de docentes femeninas de origen autóctono, provenientes de las cañadas de Matagalpa.
La enseñanza de indígenas varones en la docencia recayó en la escuela de varones que funcionaba en el seminario. Josefa, permaneció en la dirección de la Escuela Normal para muchachas indígenas de las cañadas de Matagalpa, al menos seis años, cuando los gobiernos subsiguientes decidieron descontinuar el apoyo a este proyecto piloto que no logró replicarse a otras regiones como Boaco y la Costa Caribe, como era la idea original.
La idea de formar a maestros de las comunidades indígenas de Matagalpa había iniciado oficialmente, en el Decreto N° 65 del Senado y Cámara de Diputados de la República de Nicaragua del año 1923. Surgido en los primeros cuatro y medios meses de la presidencia de Tomas Martínez (1923-1924), personaje nacido en Jinotega, pero criado desde muy pequeño en Matagalpa.
La profesora Perfecta Engracia Pérez, fue maestra de muchas generaciones a través de su extensa carrera. No tuvo hijos propios pero sus alumnos fueron su dedicación. Ella dirigió su propio colegio llamado Inmaculada Concepción. Falleció en 1968 a los 98 años. Su nombre sigue en la memoria de Matagalpa en especial en el recuerdo de sus alumnos y en la escuela de enseñanza primaria que lleva su nombre, que se ubica del teatro municipal media cuadra al norte.
Finalizo con una frase de gran vigencia que Josefa Toledo expresó en 1925, en la ciudad de Matagalpa durante la inauguración de la Escuela Normal para Maestras Rurales de las Cañadas de Matagalpa:
“… es menester desarrollar no solo la inteligencia sino la voluntad y el criterio, despertando la conciencia hacia fines morales, cristianos y cívicos.”
Esta nota es parte del artículo: «Rigoberto Navarro Genie (2018) ESCUELA NORMAL PARA INDIGENAS EN MATAGALPA, UN PROYECTO EXPERIMENTAL DE INICIOS DEL SIGLO XX. Publicado en la Revista digital de Temas Nicaragüenses (RTN), edición: N° 124: 169-185».
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