En un gesto cargado de simbolismo, el Papa Francisco ratificó este sábado 20 de enero el nombramiento de monseñor Silvio José Báez como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, pese a que este se encuentra exiliado en Estados Unidos, después de que fue forzado a salir de Nicaragua en 2019 por amenazas de muerte en su contra.
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La ratificación de monseñor Báez se produce justo una semana después de que los obispos de Matagalpa y Siuna, monseñor Rolando José Álvarez Lagos y monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, respectivamente, fueran desterrados junto a 17 clérigos más, siendo enviados el 13 de enero reciente a la Santa Sede por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Monseñor Báez, al hacer público el anuncio en su cuenta de X, antes Twitter, ha mantenido la cautela sin proporcionar detalles adicionales.
El sacerdote “Joaquín”, exiliado en Costa Rica, cree que el Papa Francisco «algo tiene preparado para monseñor Báez». Sin embargo, admite que «es bien difícil saber qué podría ser».
Por su parte, el padre “Mario”, desde su exilio en Estados Unidos, opina que la decisión del Papa Francisco es un mensaje también para que la Arquidiócesis de Managua, dirigida por el arzobispo, cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, y también para la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), para que en la toma de decisiones consideren la opinión y voto de monseñor Báez.
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En la opinión del padre “Mario”, la ratificación de monseñor Báez es también un mensaje del Papa Francisco a los nicaragüenses: “que él siempre ha estado con el pueblo y sus obispos, y que el camino que han recorrido los obispos apoyando al pueblo, él también lo respalda. Los obispos no han hecho nada malo, sino solo acompañar al pueblo en el dolor, y que él seguirá del lado correcto”.
Los sacerdotes exiliados prefieren reservar sus identidades porque temen represalias contra sus familiares en Nicaragua.
De acuerdo con datos verificados por Mosaico CSI, la Provincia Eclesiástica de Nicaragua ha perdido a la quinta parte del clero que tenía registrado en 2020, debido principalmente a la persecución del régimen Ortega Murillo contra la Iglesia. La Diócesis de Matagalpa ha perdido al 40 por ciento de sus sacerdotes.
La Provincia Eclesiástica de Nicaragua es conformada por la Arquidiócesis de Managua y ocho diócesis más en el país.
El arzobispo Brenes y su obispo auxiliar, así como los 8 obispos de las demás diócesis, conformaban la CEN. 10 obispos en total.
Sin embargo, monseñor Báez está exiliado. Monseñor Mora y monseñor Álvarez, este último también Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, fueron desterrados.
Fray Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, obispo de Jinotega y presidente de la CEN, cumplió 75 años el 21 de diciembre de 2023 y debió renunciar al cargo.
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El cardenal Brenes cumplirá 75 años y debe renunciar el 7 de marzo de 2024.
En el caso de Matagalpa, el vicario general de la Diócesis, monseñor Óscar José Escoto Salgado, también fue desterrado el pasado 13 de enero.
El padre “Mario” considera que el Papa Francisco no aceptará las renuncias de Herrera y Brenes, y opina que tampoco habrá nuevos nombramientos de obispos.
También cree que, por las condiciones del país, las Diócesis de Matagalpa, Estelí y Siuna, que están en condición de «sede impedida», podrían seguir siendo gobernadas remotamente por monseñor Álvarez y monseñor Mora, respectivamente.
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