Monseñor Eamon Martin, arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Armagh en Irlanda y presidente de la Conferencia Episcopal de esa nación europea, ha instado al gobierno irlandés a que presione por la liberación del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, encarcelado arbitrariamente en Nicaragua por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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En una reciente publicación el medio digital The Irish Times señaló que el arzobispo Martin –quien además ostenta los títulos de los títulos de Primado de Irlanda y Gran Prior para Irlanda de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén– contactó al Tánaiste (que es el viceprimer ministro o vicepresidente del gobierno de Irlanda) Micheál Martin expresándole preocupación por la situación en Nicaragua, resaltando la persecución que enfrentan los miembros del clero nicaragüense y las personas que se atreven a criticar al régimen Ortega Murillo.
El obispo de Matagalpa fue sentenciado sin juicio alguno a 26 años y 4 meses de prisión por falsos cargos, en febrero pasado. Sin embargo, está en cautiverio desde el 4 de agosto de 2022.
De acuerdo con The Irish Times, el arzobispo Martin dijo que, en los últimos cinco años, el régimen de Ortega y Murillo “no solo ha encarcelado a cientos de personas que desafiaron la creciente autocracia del régimen”, sino que también ha cerrado más de 3,000 organizaciones no gubernamentales, universidades y asociaciones, incluidas 29 organizaciones religiosas. Destacó cómo la organización benéfica irlandesa Trócaire “se vio obligada a cerrar sus operaciones en Nicaragua a principios de 2022”.
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Por su parte el Viceprimer ministro en respuesta manifestó su profunda preocupación por la situación en curso, enfatizando la represión contra las voces disidentes. Incluidos los líderes religiosos, y la campaña de represión contra la sociedad civil y los medios de comunicación independientes.
Asimismo, el diplomático manifestó que el gobierno irlandés, junto con la Unión Europea, está monitoreando activamente la detención del obispo de Matagalpa y exigiendo de manera constante su liberación inmediata e incondicional, así como la de todos los demás prisioneros políticos.
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