Mientras la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) dice esperar que “nuestra nación se encamine siempre por las vías de la paz y la concordia”, el régimen de Daniel Ortega mantiene “en la mira” y bajo una supuesta investigación policial a un buen número de sacerdotes, además de los que ya tiene cautivos, incluyendo al obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez Lagos.
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El obispo Álvarez está por cumplir tres meses y medio en cautiverio. Fue encerrado por la fuerza policial en la residencia Episcopal de Matagalpa desde el 4 hasta el 19 de agosto, cuando fue trasladado a la casa de su familia en Managua, donde permanece aislado y sin acusación penal en su contra.
A través de un comunicado, el 5 de agosto recién pasado, la Policía dijo que estaba investigando a monseñor Álvarez, porque supuestamente el jerarca católico estaba organizando “grupos violentos”. Mientras que, en el proceso penal contra el padre Óscar Danilo Benavídez Dávila, en Managua, la Fiscalía señala en una novelesca acusación al obispo de Matagalpa como supuesto “cabecilla de las acciones ilícitas”.
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La primera parte de un escrito con fecha 19 de agosto y dirigido al Juzgado Único de Distrito Penal de Audiencias de Matagalpa, señala que la Policía está investigando el supuesto delito de “provocación, proposición y conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y comunicación y obstrucción de funciones en perjuicio del Estado de Nicaragua” y enlista a 19 sacerdotes, cada uno con dos nombres y dos apellidos.
Entre esos investigados, según el documento, están el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez Ortega, quien se encuentra exiliado desde 2019, y monseñor Álvarez, quien permanece en cautiverio.
Sacerdotes de varias Diócesis
También aparecen los sacerdotes Edwin Heriberto Román Calderón, párroco de la Parroquia San Miguel Arcángel de Masaya, Arquidiócesis de Managua; y Uriel Antonio Vallejos, párroco de la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia en Sébaco, Diócesis de Matagalpa; quienes también están exiliados.
Asimismo, incluye a los sacerdotes Ramiro Reynaldo Tijerino Chávez y Sadiel Antonio Eugarrios Cano, ambos de la Diócesis de Matagalpa, y presos en El Chipote, la cárcel de la Policía en Managua. Junto a ellos está preso el padre José Luis Díaz, vicario de la Catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, así como el padre diácono Raúl Antonio Vega González, los seminaristas Darvin Esteylin Leiva Mendoza y Melkin Antonio Centeno Sequeira, además del reportero gráfico Sergio José Cárdenas Flores.
Este grupo fue forzado al encierro con monseñor Álvarez desde el 4 hasta el 19 de agosto en la Residencia Episcopal de Matagalpa y solo los dos primeros estaban en la lista en la que ese día la Policía estaba gestionando la convalidación de actos de investigación.
Ese listado policial incluye además a otros 5 sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua; 1 de la Diócesis de Jinotega; 3 más de la Diócesis de Matagalpa, de los cuales 1 está exiliado, aunque no lo ha hecho público; 3 de la Diócesis de Estelí y 1 de Boaco, perteneciente a la Diócesis de Granada.
Por el mismo delito también está preso el padre Benito Enrique Martínez Gamboa, quien sería procesado en el Juzgado Noveno de Distrito Penal de Audiencias de Managua.
En un estudio presentado este 16 de noviembre, la investigadora Martha Patricia Molina Montenegro documentó que entre 2018 y 2022 hubo al menos 396 agresiones contra la Iglesia Católica en Nicaragua.
Mientras tanto, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) tuvo su reunión anual entre el 14 y el 16 de noviembre, tras la cual emitió el Mensaje de Adviento 2022 en el que mostró preocupación por la crisis migratoria en Nicaragua, calificándola como el “reflejo de un drama humano que nos interpela”.
La CEN también celebró el regreso de la feligresía a las actividades presenciales después de la pandemia de la Covid-19.
Los obispos pidieron celebrar “como iglesia doméstica” los novenarios a la Inmaculada Concepción de María, a la Virgen de Guadalupe y al Niño Dios.
Ninguna referencia hizo la CEN sobre la situación que enfrenta monseñor Álvarez, tampoco a los 7 sacerdotes, 1 diácono, 2 seminaristas y 1 reportero gráfico que están presos. No mencionan que le han negado volver al país a por lo menos 7 sacerdotes, que el Nuncio y otro sacerdote fueron expulsados, y que por lo menos 12 sacerdotes han tenido que exiliarse.
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