San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia y patrono de los pobres solía decir: «Si predicas a Jesús, Él ablanda los corazones duros; si lo invocas, endulzas las tentaciones amargas; si piensas en Él, te ilumina el corazón; si lo lees, te sacia la mente». En realidad, su nombre era Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo. Nació en 1195 en Lisboa (Portugal). A los 25 años adoptó el nombre de Antonio cuando se hizo franciscano.
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Es uno de los santos católicos más populares y su culto se encuentra extendido universalmente. Su festividad es el 13 de junio. Una de las siete parroquias existentes en la ciudad de Matagalpa, está dedicada a este Santo a quien le son atribuidos múltiples milagros y de todo tipo.
El sacerdote Francisco Reyes Herrera, titular de la Parroquia San Antonio de Padua en Matagalpa, explica que este “cuidado y es el santo devocional más popular de toda la orden de frailes (franciscanos) y, si lo ubicamos en la vida de nuestra iglesia, también es uno de los santos más populares”.
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“Recordemos que San Antonio se destaca porque aparece con el niño (Jesús) a partir de una revelación que tuvo”, cuenta el padre Reyes.
El Niño Jesús le visitó cuando este era aún un fraile, y se encontraba rezando en su habitación solo. Por ello, las imágenes de San Antonio de Padua lo retratan con el Niño Jesús en brazos.

Uno de los eventos más conocidos fue que San Antonio de Padua, en una discusión con un hereje, fue desafiado a demostrar la presencia de Jesús en la Eucaristía. Para ello, pusieron a una mula por ayuno, para que cuando fueran a liberarla, esta escogiera entre el alimento y la adoración a Jesús. Llegado el momento, el animal dejó de lado el heno para inclinarse ante la presencia de Dios, lo cual dejó impresionada a la multitud.
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El padre Reyes ofreció recientemente una conferencia de prensa para informar sobre las actividades en la parroquia que dirige.
De acuerdo con un artículo en Wikipedia, la celebración de las multitudinarias exequias y la multiplicidad de milagros que se le atribuyeron promovieron su rapidísima canonización, bajo el pontificado de Gregorio IX. De hecho, es el segundo santo más rápidamente canonizado por la Iglesia católica: 352 días después de su fallecimiento, el 30 de mayo de 1232.
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