Siguiendo un estricto protocolo sanitario, pequeños grupos de feligreses católicos pudieron retornar a misas celebradas después de las 5:00 p.m. de este sábado 3 de octubre en diferentes parroquias de la Diócesis de Matagalpa, terminando así con un poco más de seis meses de cuarentena voluntaria, ante la pandemia de la Covid-19, que ha provocado más de un millón de muertes en el mundo.
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En la llamada primera fase de transición para la reapertura de los templos en las 28 parroquias dispersas en los 13 municipios del departamento de Matagalpa, la Diócesis ha dispuesto que las misas de cada sábado, después de las 5:00 p.m., tendrán carácter litúrgico dominical y serían dirigidas preferencialmente para los feligreses mayores de 60 años.
Esto porque, en el amplio y estricto protocolo, la Diócesis sugiere que los menores de 18 y mayores de 60 años, eviten ir a las misas dominicales para reducir los riesgos de contagio con el coronavirus.
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Por disposición del Consejo Presbiteral Diocesano, desde el 22 de marzo pasado, las celebraciones religiosas en las parroquias matagalpinas han sido a puertas cerradas, sin presencia física de fieles, y transmitidas por medios de comunicación y redes sociales de la iglesia y de algunos medios de comunicación independientes.
El 12 de abril, Domingo de Pascua, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, anunció la continuidad de la cuarentena y diversas medidas de prevención, incluyendo la suspensión de procesiones y actividades católicas masivas.
La reanudación de las misas en todo el país está prevista para este 4 de octubre, día de la fiesta católica de San Francisco de Asís.
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A nivel parroquial, la Iglesia pretende celebrar más misas que las de los horarios habituales “para evitar aglomeraciones”; antes de abrir, los templos tienen que ser desinfectados especialmente en las áreas donde estarán los fieles.
En la entrada a la parroquia será colocada una bandeja con una alfombra empapada con cloro para la desinfección del calzado de los visitantes. Habrá un único acceso al templo, donde serán visibles las indicaciones de sana distancia entre los presentes. Las parroquias que tienen atrio podrán colocar sillas con distancias seguras y altavoces para asegurar el audio. No habrá participación de monaguillos y las celebraciones serán transmitidas a través de los distintos medios, según las disposiciones del clero.
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