Cuando recibí la novela de Xochitl Sarmiento en formato PDF la abrí emocionado. Después de varios meses esperándola ávido. Inmediato temí prejuiciarme. La leí dos veces, electrónica y en papel, para atestiguar racionalmente como lector aficionado.
Es que a la autora conozco desde niña; podría afirmar que la vi durante dos décadas; supe de su disciplina de alumna aplicada hasta su graduación universitaria; en su adolescencia la escuchaba expresarse en un programa radiofónico y la evaluaba con mi manía de antaño pues trabajé en radioemisoras.
Creció entre periodistas y escritores que posiblemente influyeron indirectamente o acompañaron su motivación a pensar, conocer, comunicar, escribir, y por supuesto ¡superarlos!
Para su segunda licenciatura se matriculó en comunicación social, y debo decir que además estudió francés.
De ahí mi cariño especial y admiración por esta chavala bien portada e inteligente, bastante lejana del común, de carácter firme, con criterio selectivo, este libro también reafirma cuan empecinada es con sus propósitos.
Es un privilegio acompañarla en la presentación de su novela primera, sabiendo que pronto terminará otra, entre muy pocas o casi inexistentes jóvenes escritoras novelescas de Matagalpa y el país.
Por esa razón temí sobrevalorar esta novela de 447 páginas, cuyo contenido exhibe intenciones personales y relaciones sociales para bien o perjudicar, intimidades familiares ocultas al público y detalles de fogosidades amorosas sin reparo durante el siglo 18 con influencia inglesa y francesa.
Un tema nada nuevo, puesto que escritores de renombre han expuesto magistralmente la cultura de esa época, en su tiempo experimentado, y por atributo persisten los textos convertidos en clásicos. No necesito mencionarlos ni comparar esta novela con las otras.
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Si la hubiera leído antes de publicarse, mi recomendación sería enviarla a un concurso editorial de renombre, y no exagero si la valoro apta para ser filmada.
No es de ligereza crear historias adentrándose en escenario rural y citadino europeo, la campiña y los aposentos; detallando certeramente conceptos, vocabulario, vestuario; inmiscuirse magníficamente en relaciones humanas entre nobles, lacayos, campesinos, intrigas palaciegas dañinas y sanguinarias.
Cuando no eres testigo, con rigor investigas el período, anotas, imaginas, y al redactar sientes al extremo de alternar las propias emociones con las de cada uno de los personajes que trazas, por muy distantes o disímiles o antagónicos que sean del prosista.
Xochitl presenta a las personas que desprecian a otras, a las agresoras, a las soberbias, a las bondadosas, a las rectas, a las crueles buscando lograr sus maquinaciones, a las víctimas sufriendo.
En Xochitl encontramos dominio narrativo, construyendo capítulos cortos con entradas y cierres bien pensados incentivando expectativas. Despliega excitaciones de quienes pierden la cordura desafiando las normas éticas, violentándolas por amor, entregándose sin controlar la pasión, so pena las señoritas de la denigración y condena social, el destierro por la pérdida indecorosa del himen.
En ese contexto amatorio, de por medio la moral y el prestigio, surgen contradicciones familiares, apañamiento o represión, el ocultamiento de las actuaciones humanas que siempre han existido y posiblemente nunca sean superadas por la mayoría.
La madre encubriendo a su hija casada copulando con amante por el ansia de escalar hacia superior estatus social y financiero.
Para siempre es el amor hacia quien tiene cerca, extasiada lo ve evitando descubran sus vibras que alteran su mirada y emana energía del cuerpo hasta que es imposible reprimirse y lasciva besa y abraza sin censura, a escondidas en la alcoba o en la oficina de la mansión.
Xochitl eleva ese encuentro corporal candente cuya descripción del encuentro sexual nos conduce a imaginar o recordar la dolencia y la delicia, un acto orgásmico natural inevitable, que sonroja o motiva.
Como derivación del amor ilícito llega el sufrimiento tembloroso, amantes lagrimeando por las noches recordando el gozo, gimoteando en soledad, entre sábanas húmedas.
Él, incrustada en su memoria la desnuda estampa bella y hermosa de la hembra, el rostro complacido; ella sin poder olvidar la voz imponente seductora, las caricias tiernas y la potencia varonil en su entraña… ahogándola, irrigándola, conduciéndola a la plena satisfacción.
El desenlace inesperado de esta historia conjuga actos malévolos y criminales, en un ambiente persistente de ese amor aferrado para siempre.
Muchas gracias.
Sábado 10 febrero 2024
Rincón de los suspiros agónicos. Matagalpa.
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