Gonzalo García Castillo tiene 81 años y siempre está ocupado en su casa en el barrio Las Marías, al noreste de Matagalpa, ciudad por cuya historia y cultura se declara apasionado, conservando múltiples fotografías antiguas de las que le fascina hablar.
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Pero, él mismo es un hombre con historia en la ciudad septentrional: fue el primer estudiante varón del colegio San José, que antes era solo para señoritas, pero también está entre los fundadores de los primeros clubes de ciclistas y motociclistas en Matagalpa.
Gonzalo también se llamaba su padre y era originario de León, mientras que su mamá se llamaba María Castillo, una esteliana que emigró a Matagalpa para trabajar con sus parientes Teresa de Salazar y el doctor Luis Salazar, personalidades destacadas de la Matagalpa de la primera mitad del siglo XX.
García Castillo nació el 19 de enero 1940 y es el mayor de cinco hermanos. Es contador de profesión, pero también fue mecánico y en los años 70 fue dueño de uno de los talleres de desarme y venta de repuestos más importantes de Matagalpa.
Primer varón alumno del Colegio San José
García Castillo relata que cursó la educación primaria en el colegio Evaristo Carazo, dirigida por el profesor Eliseo Picado; mientras que, el primero y segundo año de secundaria los estudió en el antes llamado Instituto Nacional del Norte, que es el actual Instituto Nacional Eliseo Picado.
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Pero, luego se matriculó en la Escuela de Comercio Rubén Darío, dirigida por la reconocida maestra Aminta Rivera, para estudiar contabilidad. Sin embargo, esa carrera debía terminarla en Managua.
En ese tiempo, en el Colegio San José de la ciudad de Matagalpa, dirigido por monjas Josefinas, solo matriculaban a señoritas; por lo que la maestra Rivera habló con ellas, abogando para que aceptaran a García Castillo como alumno, considerando que los docentes de contabilidad de Managua también impartían clases en ese centro.
Las hermanas Josefinas lo aceptaron bajo la condición de que debía “portarse bien”. Sin embargo, García Castillo sostiene que “portarse bien” le fue fácil, porque considera que los varones de la época eran más sanos y “hoy las costumbres son más alegres, antes éramos como serios. No había tanta corrupción, tanta música, hasta los varones éramos más sencillos”.
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García Castillo se graduó de contador en 1962 y años después trabajó en Managua en el Banco Central de Nicaragua, donde se encargaba del área de estadísticas.
Cuando ocurrió el terremoto de 1972, García Castillo se encargó de censar a los matagalpinos que estaban en Managua al momento del fenómeno natural.
Miembro de los Scouts
García Castillo tenía siete años cuando fue integrado al Movimiento de Scouts en Matagalpa, organización en la que estuvo activo durante 15 años.
En ocasión del Primer Centenario de la ciudad de Matagalpa, en febrero de 1962, el entonces alcalde, Francisco Aráuz, convocó a los Scouts para que apoyaran en ciertas tareas.
Eran alrededor de 150 scouts y “ya nos decía el alcalde (Aráuz): ‘hoy habrá tal actividad’, entonces nosotros teníamos que tener la calles sin un vehículo, cerrar el tráfico”, relata, agregando que también ayudaban a armar carrozas.
Clubes de bicicletas y de motos
En 1963, García Castillo tenía 23 años cuando se unió con varios amigos para organizar el primer Club de Ciclistas. Incluso, hicieron giras a Tipitapa (en Managua) y a Jinotega en bicicletas.
Posteriormente, sería uno de los fundadores de un Club de Motociclistas que “hasta uniformes tenía”. Guillermo Lay, un motociclista experimentado, era uno de los líderes y con este grupo recogían dinero para, en la Navidad, donar juegues a niños pobres.
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