Señalándoles de varios delitos, incluyendo homicidio frustrado, secuestro y tortura, la Policía exhibió este viernes 26 de octubre ante medios oficialistas al militar en retiro Alfonso José Morazán Castillo y Hamilton Francisco Hernández Montalván, a quienes calificó como “cabecillas de tranques”.
Además, les imputó los presuntos delitos de “lesiones graves, amenazas de muerte y posesión ilegal de armas de fuego en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”.
En una “conferencia de prensa” ante medios oficialistas, el segundo jefe de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía, comisionado mayor Farle Roa Traña, responsabilizó a los dos matagalpinos de haber secuestrado y torturado a Maxwell Josué Herrera Lugo.
Según el mando policial, el 9 de junio recién pasado, Zamora y Hernández, “junto a otros delincuentes” con armas de fuego, secuestraron a Herrera, “trasladándolo al tranque armado ubicado en la salida sur de Matagalpa a Managua, siendo amarrado a un poste, lo desnudaron, pintaron de azul y blanco y lo torturaron”.
Roa aseguró que a Zamora y Hernández la Policía les habría ocupado una pistola calibre nueve milímetros y un arma de fuego artesanal.
“Peritaje balístico y químico de criminalística con resultados positivos, armas de fuego aptas para el disparo, presencia de productos nitrados en armas de fuego y dorsales del delincuente preso”, están entre los supuestos elementos probatorios como resultado de la “investigación policial”, según señaló Roa, sin embargo, no especificó a cuál de los dos detenidos le habrían ocupado las armas.
Roa también mencionó que la Policía cuenta con “15 declaraciones de testigos y reconocimientos que identifican a los delincuentes presos como autores de los hechos criminales”.
“Los delincuentes poseen antecedentes delictivos de tráfico de droga, chantaje y lesiones graves”, aseguró Roa, sin brindar más detalles sobre el supuesto historial de Zamora y Hernández.
Hernández, padre de cinco hijos, fue detenido por la Policía el 18 de octubre. En tanto, Zamora, fundador del Ejército Popular Sandinista, fue “secuestrado” por cuatro hombres con vestimentas civiles que se movilizaban en dos motos, el 22 de octubre, según denuncias de sus familiares en Matagalpa.
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