Durante una misa que presidió este jueves en el templo San Francisco de Asís, en la ciudad de Río Blanco, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, constituyó la nueva parroquia que lleva el nombre del santo italiano que es considerado como una de las grandes figuras de la espiritualidad católica.
En el decreto de creación de la nueva parroquia, la número 28 en la Diócesis, el obispo consideró el crecimiento pastoral de la comunidad cristiana en el municipio de Río Blanco que antes solo contaba con la parroquia Nuestra Señora del Carmen.
La jurisdicción de la parroquia San Francisco de Asís comprenderá el barrio Rafael Martínez, donde está el templo, así como los barrios Las Lomas, 3-80, Cresencio Suárez, Linda Vista y Las Madres, en el casco urbano del municipio, además de 18 comunidades rurales mencionadas cada una en el decreto leído por el sacerdote Mangel Hernández.
En otro decreto, el obispo Álvarez designó al presbítero Reynaldo Paz Cruz, originario del municipio de Río Blanco, como titular de la nueva parroquia San Francisco de Asís.
“Mandamos al clero y fieles que reconozcan y respeten al presbítero Reynaldo Paz Cruz como párroco… fiando en que cumplirá a cabalidad el oficio que le ha sido asignado”, refiere el decreto episcopal suscrito también por el canonista de curia, padre Pablo Espinoza.
La creación de la nueva parroquia fue en ocasión de la fiesta católica en honor de San Francisco de Asís, venerado en distintas parroquias de la diócesis, particularmente las atendidas por los frailes de la Orden Franciscana Menor.
Al iniciar la homilía, el obispo Álvarez recordó que en abril de 1989 fue iniciada la construcción de la capilla San Francisco de Asís, bajo la administración de Fray Domingo Pepe, de quien dijo “es la memoria histórica encarnada de la Diócesis” y además “fue uno de los fundadores de Río Blanco”.
Que sea iglesia de puertas abiertas
Al entregar las llaves del templo parroquial al sacerdote Paz, el obispo Álvarez le exhortó a “que este templo sea de puertas abiertas” y que con su conducta abra también el corazón de los fieles”.
También le pidió ser “asiduo al convocar a los fieles para que al sonido de las campanas se apresuren a congregarse en esta iglesia. A sonar pues las campanas parroquiales para señalar los días de fiesta, los tiempos de oración y los principales acontecimientos que afectarán con alegría o con lágrimas a esta comunidad o algunos de sus miembros”.
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