
Margine Sánchez Esquivel niega que su niña de 15 meses haya sido usada como «escudo» por su padre Cairo Blandón Lemus. Lo que sí asegura es que policías «a mi niña la mataron por gusto». Y va más allá al afirmar que su pequeña fue rematada de un balazo en la espalda cuando esta gateaba tratando de llegar nuevamente a los brazos de su progenitor, caído en el patio.
Sánchez y su suegra Mercedes Blandón Lemus ahora temen por sus vidas y la de los otros tres hijos de esta última, según denunciaron ambas mujeres este miércoles 8 de febrero anteLA PRENSA y luego ante periodistas en la filial en Matagalpa del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Según ambas denunciantes, los policías se habrían negado a auxiliar a la niña de 15 meses en una acción que Juan Carlos Arce, coordinador del Cenidh en Matagalpa, calificó como “inhumana”.
Contrario a la versión de la Policía y de algunos vecinos, Sánchez niega que alguien desde su casa de madera haya disparado contra los policías que mataron a su compañero de vida Cairo Blandón Lemus y su hija de 15 meses, Dayra Junieth Blandón Sánchez, la madrugada del 5 de febrero reciente en el barrio San Martín, al este del poblado El Tuma, una de las principales concentraciones urbanas del municipio El Tuma-La Dalia.
Tras el incidente, ese domingo, la Policía dijo que se disponían a capturar a Blandón, señalándolo como presunto líder de una agrupación delincuencial denominada “Los Cairo”, pero que los policías fueron recibidos a balazos y estos respondieron, provocando la muerte del “sospechoso” y de la niña.
Sánchez, en cambio, relató que poco antes de las 3:00 a.m. ella se levantó de la cama de madera donde dormía con su pareja para cambiar pañal a su hija y le puso un calzón amarillo. También le preparó un biberón y luego se acostó. Desde su cama observó a un enmascarado que se asomaba por una rendija al lado de la cocina y alumbraba con un foco hacia el interior de la casa fabricada de madera y zinc y advirtió a los demás que había personas adentro.
De inmediato, Sánchez escuchó que afuera montaban las armas. Alertó a su pareja y este se puso de pie en la cama y observó por otra rendija y le dijo: «Es la Policía».
Según ella, cinco meses antes, la Policía había llegado disparando a la misma casa, por lo que «él (Cairo) agarró a la niña de acá (cama) dormida y se la echó en este brazo (izquierdo), cuando yo abro la puerta lo están alumbrando (con un foco) a él», expresó Sánchez Esquivel, quien recuerda que su pareja llevaba a su hija para protegerla, “le tapaba las orejitas”.
Cairo salió en bóxer de su casa junto con su pareja por un estrecho camino, ya que a los lados hay un cerco y piedras canteras, hasta llegar a una angosta calle que culmina en una bajada.
«Yo le estaba pidiendo a la niña, pero a lo mejor no me escuchaba por la sofocación que se andaba, estaba recién levantado», relata.
SE IBA A ENTREGAR
Sánchez Esquivel afirma que su pareja se detuvo y les dijo a los policías que se detuvieran, porque se iba a entregar, «pero que a la niña no le hicieran nada».
“Él que levanta la mano así, que se iba a entregar, cuando le dispararon. Él cayó de viaje (y) la niña cayó a un lado. Cuando la niña cae, ella comienza a gatear y pega gritos que iba para donde él, yo que me tiro a agarrar a la niña, le ponen (alumbran con) un foco y le pegan el otro balazo en la rabadilla”.
«Cuándo a él (Cairo) le pegaron el balazo (esa bala también) medio le agarró (impactó) a la niña aquí (se toca el lado izquierdo indicando el refilón de la bala), tenía una heridita, con eso iba a vivir ella, pero le meten el otro (balazo) en la rabadilla, ¿qué iba a vivir ella?», agrega.
“A mi niña la mataron ya fue por gusto de ellos. Dicen que fue un accidente, pero si usted va donde una persona y le mete un balazo, eso no es accidente, porque ella estaba aparte (de su papá) y estaba viva, porque lloraba y, cuando me tiro a agarrarla, le metieron el otro balazo”, refirió Sánchez.
La joven de 17 años relata que en ese instante corrió por su hija y le dijo a un policía: «Ayudame, ya que me la mataste ayudame». Y este le habría respondido: «No, yo no llamo ambulancia» y la tomó del brazo derecho y la empujó.

La adolorida madre recuerda que tomó en sus brazos a la niña y nuevamente pidió ayuda a los agentes. «Montame en la camioneta en la que lo llevan a él (Cairo) para ver si salvo a la niña», fue el ruego de la joven.
«Te matamos si nos seguís, nosotros vamos solos, no llevamos a nadie más», le respondieron.
Pero, Margine no se dio por vencida. Mientras corría por aquél camino principal, del cuerpo de la niña que llevaba en brazos, manaba abundante sangre.
La muchacha cuenta que siguió a un policía de civil, a quien describe como “gordo” y “chaparro”, pidiéndole que llevaran a la niña a un hospital, “pero no me quiso ayudar, ahí fue cuando agarré un machete y les dije que ahora sí los iba a matar”.
Sánchez dice que los policías arrastraron a Cairo hasta una patrulla. Presume que lo golpearon más, porque asegura que “le pegaron solo un balazo”, pero después el cuerpo presentaba una fractura expuesta en el brazo.
Al llegar a un molino aseguró que miró a un pastor y le pidió que llamara a una ambulancia o que la ayudara, pero se negó a auxiliarla.
Cuenta que siguió corriendo y se topó a un señor identificado como Juan Castro, quien sale a vender todas las madrugadas en una moto y le pidió que llevara a la niña al hospital ubicado en La Dalia. El hombre no se negó y emprendieron la agónica carrera. Margine llevaba a la menor en sus brazos.
Al llegar al hospital recuerda que miró a los oficiales que llegaron a su casa. En la puerta de emergencia estaba un policía. «Le dije: ‘abrime la puerta’ y no me la quisieron abrir; ‘abrime la puerta que mi hija se viene muriendo'», le reiteró al agente.
Margine recuerda que en el operativo vio a un policía «gordo y bajito» quien le contestó al policía que no abría la puerta: «Abrile desgraciado, sabés lo que hicimos ¿y todavía no le querés abrir?» Pero la niña llegó sin vida. En un instante los agentes desaparecieron del hospital.
Esa versión la confirmó la madre de Cairo Blandón. Ella y su nuera admiten que el hombre, que el 22 de este mes cumpliría 28 años, fumaba marihuana, pero niegan que se dedicara a venderla o a cometer otro tipo de delitos, como asegura la Policía. También rechazaron que tuviera pistola alguna en la casa.
PROMETEN INVESTIGAR
La niña fue sepultada junto a su padre en Matiguás. A eso de las 7:00 a.m. del martes, Sánchez Esquivel llegó a la delegación (de la Policía) en Matagalpa, donde fue entrevistada por miembros de la Dirección de Auxilio Judicial Nacional (DAJ).
Los agentes, al enterarse de la presencia del Diario LA PRENSA, tuvieron retenida a la joven hasta las 5:00 p.m. con tal que no diera declaraciones.
Margine aseguró que la Policía prometió abrir una investigación contra los agentes que realizaron el operativo.
«Llama la atención el hecho de que ellos (policías) digan ahora que van a abrir un proceso investigativo, indica de alguna manera que están claros del gravísimo error que han cometido y no estamos hablando de cualquier error, estamos hablando de una situación (en la) que privaron de la vida a una niña», manifestó Juan Carlos Arce, abogado del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) en Matagalpa.
NO TENÍA ARMAS
Según la Policía nacional, Cairo Blandón Lemus era jefe de la banda «Los Cairo» y al momento de la captura los recibieron a balazos. Además, dicha institución afirma que le ocuparon una pistola calibre nueve milímetros.
«Eso es mentira porque no le hallaron arma a él. El arma que le hallaron fue el machete que yo andaba», expresó Margine Sánchez.
«Los vecinos son mentirosos que dicen que los recibieron (a los policías) con armas. El arma era que llevaba a la niña en sus brazos», agregó.
Mercedes Blandón Lemus admitió que su hijo era consumidor de marihuana, pero no vendedor. Además afirma que su hija estaba trabajando en cortes de café y tenía sembrado arroz.
«Ellos (policías) son unos mentirosos, lo acusan así porque ellos quieren salir limpios», afirma. Ella habría escuchado cuando un policía dio la orden que mataran a su hijo.
Juan Carlos Arce, coordinador del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) en Matagalpa, señaló que esa entidad acompañará a las mujeres a interponer una denuncia escrita ante el Ministerio Público, “haciendo uso de las facultades que la Ley le confiere a la Fiscalía de investigar autónomamente”.
“La Policía investigándose a sí misma, no creeríamos en la imparcialidad de los resultados de esa investigación, pero, aquí lo importante es que haya investigación”, expresó Arce, indicando que además exigirán que haya sanciones contra los implicados en el operativo policial.
CAMBIARÁ DE DOMICILIO
Mercedes Blandón Lemus dijo que venderá la casa donde vivía, contiguo a la casa de su hijo Cairo, de iguales apellidos, porque “mis otros hijos no van a poder estar conmigo… dicen que en la Policía tienen orden de matarlos a ellos”.
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