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Recién concluyeron las siembras de arroz bajo sistemas de inundación por riego en el valle de Sébaco, el cual comprende parte de los municipios de Sébaco, San Isidro y Darío, en el departamento de Matagalpa, donde los productores de este rubro confían en que el período lluvioso será favorable para el cultivo del grano que constituye uno de los principales alimentos en la dieta de los nicaragüenses.
Sin embargo, el período de lluvias o ciclo de primera es el más difícil para los productores, por la proliferación de enfermedades fungosas como la pyricularia y porque la humedad también favorece la proliferación de plagas como el chinche en los arrozales, comenta Ramón Treminio Treminio, quien junto con su hermano William produce arroz de riego en Sébaco.
“Si las lluvias son muy fuertes, también afecta el cultivo”, dice Ramón, indicando que para evitar los daños por aguaceros, junto con su hermano decidió sembrar una parte de las tierras a finales de abril y otra a finales de junio, para que las cosechas estén listas en septiembre y noviembre, “capeando octubre que históricamente es el mes con más lluvias”.
En el valle de Sébaco, la cosecha del ciclo de primera tiene menores rendimientos que la cultivada durante el período seco o ciclo de postrera. “En verano no hay afectaciones de plagas ni enfermedades”, explica William.
En esas plantaciones, los rendimientos promedio oscilan entre 60 y 70 quintales de arroz (seco y procesado) por manzana en el ciclo de primera; mientras que en las cosechas de postrera, los rendimientos promedio superan los noventa quintales de arroz por manzana.
“No son los rendimientos óptimos, porque nos hace falta mucho por hacer, pero hemos avanzado considerablemente. Hay excepciones en fincas que producen hasta 120 quintales por manzana en primera, debido a las inversiones”, dice Ramón.
Con los hermanos Treminio coincide Ulises Espinoza Vílchez, presidente de la Asociación Nacional de Arroceros (Anar), explicando que los productores han realizado importantes inversiones en las fincas, mejorando el rendimiento productivo y compensando de alguna manera la disminución de las áreas de siembra en otros puntos del país, principalmente en la zona de Malacatoya, Granada, donde también siembran arroz de riego.
SIN AGUA
Michael Healy, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), dijo que aproximadamente cinco mil manzanas dejarán de ser cultivadas con arroz de riego en lugares donde se secaron las fuentes de agua y apenas “estamos en recuperación de esos mantos acuíferos”.
Sin embargo, el área de siembra a nivel nacional alcanzará las 35,000 manzanas y Healy confía en que la producción oscile entre 5.5 y seis millones de quintales de arroz de riego.
“En lo que es arroz secano, estamos esperando que se doble la intención de siembra ya que en los dos años anteriores fue uno de los rubros altamente golpeados por la sequía”, señaló el presidente de Upanic, calculando que la producción del grano cultivado bajo esa modalidad alcance entre 600 mil y 800 mil quintales a nivel nacional.
En similar situación se encuentran los productores de arroz de la zona de Malacatoya, en Granada, quienes comenzaron a sembrar desde el pasado 25 de junio y esperan terminar este proceso el 15 de julio. La grita de la mayoría sigue siendo la falta de agua y la dolarización de los insumos, al igual que el alto costo de la energía eléctrica para aquellos que usan pozos artesianos para regar sus cultivos.
Malacatoya tiene un aproximado de producción entre 12 mil y 15,500 manzanas de arroz, sin embargo por los efectos del cambio climático, se estima que unas cinco mil manzanas se han dejado de producir.
Francisco Lugo, productor de unas cien manzanas de arroz en Malacatoya, explicó que este ciclo se cosecha entre finales de octubre y los primeros días del mes de noviembre próximo. Dijo que en este momento han realizado sus siembras un cincuenta por ciento de los productores por el temor a la sequía. Agregó que los más afectados tienen sus fincas en las zonas más alta de Malacatoya, ubicadas en el Timal y Tipitapa. “En mi caso particular no tuve problemas porque estoy a tres kilómetros del lago y el agua entra a través de la marea, pero los que están en la zona alta, sí tienen serios problemas de agua porque la presa de Las Banderas está seca”, señaló el productor.
El productor de la misma localidad, Manuel Muñoz, dijo que ha sembrado unas 200 manzanas en este momento, de las 600 que tradicionalmente siembra en cada ciclo, pero teme que por la falta de agua no pueda seguir sembrando. Muñoz tiene su finca a la orilla del río, pero refirió que ahora está seco.
En Malacatoya no ha llovido desde hace un mes y el río que recuperó un poco su caudal con las primeras lluvias de mayo y junio, volvió a secarse, dijo Lugo, quien explicó que algunos productores que tienen pozos artesianos han llegado a pagar hasta 150 mil córdobas en el recibo de energía.
“Esto es un serio problema porque además del gasto, una bomba de pozo artesiano solo tiene alcance para regar cuarenta manzanas de arroz, mientras que la bomba que se pone al río riega 400 manzanas”, sostuvo.
(El arroz) es un rubro que ha venido creciendo en la adquisición de tecnología, mejorando sus técnicas de buenas prácticas agrícolas y eso ha dado resultados de mayor productividad y un crecimiento sostenible en el sector arroz”. Michael Healy, presidente de Upanic.
CHINCHE AMENAZA
Manuel Muñoz, productor de Malacatoya, comentó que además de la falta de agua otro serio problema que enfrentan es la plaga del chinche. “Desde el mes de marzo tenemos esta plaga y no se ha logrado erradicar y peligra que para el año que viene vuelva a afectar la cosecha”, dijo.
Indicó que es urgente hacer un estudio para poder acabar con esa plaga, así como se hizo con el gusano barrenador que afectó al sector ganadero años atrás.
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