En una misa campal, fuera de la catedral San Juan, la Conferencia Episcopal, el nuncio Apostólico Fortunatus Nwachukwu y la comunidad católica, celebraron los 25 años de la diócesis de Jinotega. Los preparativos para este festejo se realizaron desde finales del año pasado y todos los grupos laicales participaron en la organización.
En 1991, Jinotega se separó de la Diócesis de Matagalpa para consolidarse como la Diócesis de Jinotega.
El nuncio apostólico comentó que la fe que se demostró de parte de la comunidad católica en la celebración. “Yo como representante del papa, es para mí causa de gran alegría ver una cosa tan viva. Sentir, hablar y de pastores de la iglesia tan comprometidos y el laicado tan comprometido en la labor de la evangelización”, expresó.
En el 25 aniversario de la elevación a Diócesis de Jinotega, también se recordó a los sacerdotes fundadores: monseñor Douglas Araica, padre Rubén Baltodano, Víctor Mendoza, Carlos Solorzano, Miguel Ángel Vázquez, Monseñor Lisimaco Vílchez y una mención especial al Siervo de Dios, Odorico D’ Andrea.
Monseñor Carlos Enrique Herrera, expresó su gratitud hacia el ministerio laical y sacerdotal, quienes han sido un factor importante para las labores de evangelización y dijo que la presencia espiritual del padre Odorico, quien fue un motor en los inicios de la diócesis, ha sido muy importante.
“Hoy hemos querido unirnos como Conferencia Episcopal en esa fraternidad, en ese cariño que verdaderamente nosotros vivimos… para alegrarnos no solamente con Monseñor Enrique, sino también con los sacerdotes y alegrarnos con todo el pueblo fiel de esta Iglesia que peregrina”, comentó el cardenal Leopoldo Brenes.
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