Por Elizabeth Romero, LA PRENSA, 29 de junio de 2015
A seis años de la muerte de Alexis Argüello, este primero de julio, su hija Dora Argüello reitera su demanda de que el hecho sea esclarecido. Argüello insiste en que su padre fue asesinado. Hace seis años la Policía determinó mandar a archivo el expediente, luego que concluyó que el tres veces campeón mundial de boxeo se suicidó.
No obstante, su hija dice que ella y su familia insistirán por conocer algún día la verdad.
“No fue un suicidio a como lo declararon las autoridades competentes ese día trágico. Mi forma de pensar no ha sufrido ningún cambio en lo absoluto, más bien mantengo lo antes mencionado como una continuación a mi demanda, que la muerte de mi padre se aclare de una vez por todas”, refirió Argüello.
En una entrevista vía correo electrónico, la hija de Argüello respondió a LA PRENSA que en este caso “quedaron muchas cosas pendientes, entre ellas esos cabos sueltos (y) que nadie ha brindado ninguna respuesta ante mis señalamientos que les hice a los de Medicina Legal y a la misma Policía en cuanto a los golpes que el cuerpo de mi padre presentaba como signos de violencia”.
Y apunta que en su momento esos señalamientos “fueron obviados” por ambas instituciones, “las cuales están ligadas directamente a las autoridades de (Gobierno de) este país y nadie pero nadie da la cara”.
Un día después de realizada la autopsia al cuerpo del tricampeón mundial de boxeo el Instituto de Medicina Legal (IML) confirmó que la muerte fue causada por un balazo que el mismo Argüello se propinó al accionar la pistola a la altura del tórax, apoyando la mano izquierda sobre la derecha, cuyo dedo índice accionó el gatillo.
6 testigos entrevistó la Policía tras ocurridos los hechos esa madrugada del primero de julio del 2009. El informe de balística determinó que en ese momento hubo un único disparo.
Sin embargo, tras poco más de cuatro meses de ocurrida la muerte del entonces alcalde de Managua, aparecieron fotografías de la autopsia realizada por el IML, las que fueron hechas llegar a LA PRENSA por fuentes anónimas y que contradicen la versión brindada por el IML.
En esa ocasión Dora Argüello aseguró que cuando el cuerpo de su padre era sacado del IML ella pidió verlo y lo primero que observó fue que “estaba todo maquillado”.
En ese momento indicó: “Yo empiezo a llorar encima de él y cuando yo lloro en su rostro, se le lavó el maquillaje y tenía morada toda su cara, el tabique nasal, no solo en el tabique nasal tenía una herida, un golpe, porque ese fue un golpe contundente, porque había abertura”.
Lo contradictorio para Argüello y sus hermanos fue que ese 2 de julio del 2009, un día después del suceso que sorprendió a los nicaragüenses y al mundo, el mismo director del IML, Zacarías Duarte, había expresado: “Esto es importantísimo, porque no hay ningún signo que indique que haya habido violencia, que haya habido lucha o que haya habido defensa, su cuerpo está totalmente indemne de cualquier otro tipo de lesión”.
“La única lesión encontrada es esta herida que corresponde al orificio de entrada y una segunda herida (…) que corresponde al orificio de salida, que fue en la región por debajo de la escápula”, agregó Duarte en esa ocasión.
LA LUCHA ES POR LA VERDAD
Desde entonces Dora y su familia iniciaron una lucha por la verdad de lo ocurrido ese primero de julio a la 1:40 a.m., en el condominio Pamplona. Por ello, dice que las investigaciones privadas aún las mantienen abiertas “porque estamos hablando de un caso en donde las autoridades de este país han hecho caso omiso a nuestros señalamientos y de hecho es un caso que está siempre abierto en la búsqueda de la verdad” y que les permita “desenmascarar a todos los involucrados en este juego de conspiración que le hicieron a mi papá”.
Por ejemplo, refiere que pudo conseguir la información sobre la declaración que proporcionaron los testigos ante la Policía. Desde las declaraciones de la doméstica hasta cada una de las declaraciones de algunos escoltas, “como también de las contradicciones (de las declaraciones) que realizara la viuda en cuanto a lo ocurrido”.
Y prosiguió: “Como a los diez o veinte minutos después que se derribó el árbol, escuché una detonación en la habitación del señor Alexis. César (otro vigilante) me habló diciendo que estaban disparando, nos acercamos cuidadosamente hacia la casa, fue cuando observamos a la mamá de Karla (la ahora viuda) que estaba en la calle gritando que fuéramos a ver al señor Alexis”.
Llama la atención que el investigador no ahondó en averiguar qué fue lo que había provocado el ruido que precedió a la muerte de Argüello. Y está en parte del expediente que fue archivado por las autoridades policiales.
En el mismo aparece la declaración de Mayra del Socorro Reyes, en la que dice que esa noche ella había sostenido un intercambio de palabras con su yerno Alexis, cuando en el pasillo ella dormía a su nieto de 5 meses.
“Vi salir a mi yerno Alexis Argüello del cuarto, inmediatamente él me preguntó que si el niño estaba comiendo, a lo cual yo le respondí que sí y luego me preguntó ‘¿y mi señora?’, yo levanté la mirada y vi cuando mi hija Karla Rizo salía del baño del cuarto de ellos, por lo que le dije que ahí estaba detrás de él. Recuerdo que él la vio y se metió nuevamente a su cuarto, luego mi hija me dijo que me fuera a acostar”, dado que ella se encargaría de acostar al bebé.
Lo extraño en el relato de esta testigo es que dice: “Pero no habían pasado diez minutos cuando escuché a mi hija Karla diciéndome por el radio (…) que le fuera a tener al bebé, porque Alexis se quería matar”. No hay ningún detalle que indique que el investigador profundizó en indagaciones sobre el cambio brusco y repentino de la conducta del ahora fallecido.
El secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, recordó que esa organización acompañó a Dora Argüello en su lucha por que la Policía le entregara el informe policial sobre la investigación, pero lo único que obtuvieron fue promesas.
Esa “es una de las tantas muertes ocurridas en Nicaragua que han quedado con las dudas razonables de la verdadera causa de la muerte, si fue suicidio o fue alguien más que participó”, expuso Carmona. Y manifestó que causó más dudas cuando la primera comisionada Aminta Granera, tras una reunión con Argüello y la CPDH, les ofreció que les proporcionaría una copia del expediente y nunca lo entregó.
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