Antonio María Delgado /El Nuevo Herald Publicado 02/22/2015 8:31 PM /Actualizado 02/23/2015 5:07 AM
Venezuela parece haberse salvado de entrar en default el próximo mes, tras conseguir $4,700 millones endeudando más a su refinería estadounidense Citgo y vendiendo con descuento las obligaciones que le debía República Dominicana, pero el país petrolero sigue siendo visto como el del mayor riesgo del mundo, y persisten la dudas sobre si podrá pagar la totalidad de los vencimientos previstos para este año.
Analistas consultados dijeron que Venezuela tiene este año cerca de $10,300 millones de dólares en servicio de deuda en el 2015, la mayor parte de ella venciendo en la segunda mitad del 2015.
Y el escenario económico del país sudamericano sigue siendo inestable, con un precio del petróleo en $50 el barril, muy por debajo del nivel de $120 que los economistas consideran, es el punto de equilibrio para la atribulada economía venezolana.
El régimen de Nicolás Maduro, cuyo modelo petro-populista, comenzó a hacer aguas el año pasado, debe pagar el próximo mes cerca de 1,040 millones de euros (cerca de $1,200 millones) en vencimientos de deuda.
Los operadores de mercado estiman que ese monto bien podría ser cubierto con la entrada de dinero fresco a las arcas del régimen bolivariano, luego que Citgo obtuviera $2,800 millones en financiamiento fresco y Caracas obtuviera otros $1,900 millones de República Dominicana, país que pagó ese monto a cambio de borrar de un solo golpe los más de $4,000 millones que le debía por las ventas de crudo a términos favorable.
Los más de $4,700 millones obtenidos a través de ambas operaciones brindan cierto grado de alivio a las empobrecidas finanzas del régimen, que para este año tiene un déficit fiscal del sector público consolidado mayor a los 20 puntos del Producto Interno Bruto, y que bien necesitaría este año más de $20,000 millones en financiamiento adicional
Pero el dinero tendrá poca incidencia en la grave crisis económica por la que atraviesa la nación petrolera, marcada por una asfixiante escasez de productos, alto desempleo y la mayor tasa de inflación del mundo.
Para Antonio De La Cruz, director Ejecutivo de la firma Inter American Trends, es sumamente irónico y moralmente cuestionable que el régimen socialista prefiera pagarle las deudas a Wall Street en vez de utilizar los recursos obtenidos para tratar de aliviar la penuria que aflige a la gran mayoría de los venezolanos.
Adicionalmente, el dinero obtenido constituye las últimas monedas que el régimen a logrado conseguir bajo el sofá, y los montos obtenidos son demasiado pocos como para poder contener los graves problemas económicos y políticos que enfrenta Maduro, señaló.
“Maduro ha venido empeñando y rematando las joyas de la corona para cancelar el servicio de la deuda de este año. Lo que le permitiría cumplir con los grandes capitales mientras deja por fuera a los sectores sociales débiles porque el dinero obtenido por esas acciones no sería usado para aumentar las importaciones de alimentos y de productos de primera necesidad”, dijo De La Cruz desde Washington.
Más de 15 años de políticas hostiles al sector privado han destruido gran parte de la capacidad productiva del país hasta el punto de que los venezolanos dependen de las importaciones para cubrir sus necesidades más básicas.
Pero el colapso de la industria petrolera bajo la conducción del chavismo, aunado ahora con la caída de los precios del crudo, ha dejado ahora al país con solo un tercio de los dólares que necesita para la importación de productos, lo que significa un mal auguro para el bienestar de los venezolanos.
Según De La Cruz, “la escasez se acentuará en lo que resta del primer semestre del año”.
La situación de desabastecimiento ha de agravar los extensos problemas de gobernabilidad que enfrenta Maduro, cuyos niveles de popularidad ronda por niveles inferiores al 20 por ciento.
El riesgo político no pasa por desapercibido ante los ojos de los inversores, quienes aún cuando no tienen dudas sobre la disponibilidad del régimen bolivariano de pagar sus deudas, si las tienen sobre su capacidad.
“De aquí hasta final de año hay mucho riesgo, y sobre todo está el riesgo político. El mercado siente que tal como están las cosas no hay garantías de que Maduro va a culminar el año en la presidencia de la republica», explicó desde Nueva York Francisco Ibarra, director de la firma Econométrica.
“El riesgo político y la falta de entendimiento sobre hacia donde es que quiere ir realmente el gobierno en materia de la conducción económica, es lo que está llevando a las firmas de calificación de riesgo ha mostrar tanta cautela sobre la capacidad de pago de Venezuela”, señaló.
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