El niño de 11 años le insistía a su abuela Blanca Rosa Urbina que tenían que entrar a la casa de láminas de zinc, porque “sabía” que su mamá estaba adentro. Logró convencerla y, cuando entraron, vieron manchas de sangre en la sala. Llamaron a Pedro, un vecino, y buscaron hasta que, en un cuarto, estaban escondidos los cuerpos de Fátima del Carmen Martínez Rodríguez, de 29 años, y de la hija de esta, identificada por las iniciales D.J.M., de 4 años. Martínez Rodríguez estaba embarazada del hombre que, según las investigaciones policiales, está detrás del crimen ocurrido en el llamado anexo del barrio Sabadell y que estremeció a los habitantes de toda la ciudad de Matagalpa.
Le puede interesar: Joven de Matagalpa quiere ver de nuevo y ser ingeniero
Se trata de Alex José Castellón Ríos, de 30 años, quien la mañana de este sábado 22 de agosto fue presentado a medios oficialistas por la Policía como principal sospechoso del crimen y a quien familiares de las víctimas describen como alguien sin oficio, “violento y mantenido”.
– Vení ve, Pedro. Fijate que la Fátima no está, pero qué raro que hay sangre – habría dicho Urbina al vecino.
Según el relato de Juana Liseth Marenco, cuñada de Urbina y tía de Martínez Rodríguez, auxiliándose con una linterna, Pedro halló el cuerpo de la mujer debajo de una cama. “Recogieron el colchón y hallaron a Fátima, cayó mi cuñada (en llanto), y buscaron a la niña, pero a la niña la envolvió en un montón de ropas”.
También puede leer: Recordando a monseñor Benedicto Herrera Álvarez
En su ensañamiento contra Martínez Rodríguez, el hombre tomó un objeto afilado, presuntamente un trozo de vidrio, y tatuó un corazón y lo que parece una letra “a”, la inicial de su nombre Alex, en el pecho de la mujer.
El crimen ocurrió la tarde del jueves 20 de agosto, pero fue descubierto casi 24 horas después, la tarde del 21 de agosto. Fátima había contado a su madre “que se sentía mal”, por lo que esta fue a buscarla el viernes, pero halló la casa cerrada.
Pensando que su hija había ido a buscar atención médica, Urbina fue a buscarla sin éxito al hospital, por lo que regresó más angustiada. Fue cuando el niño de 11 años insistió en que tenían que entrar por la parte trasera de la casa cuyas puertas estaban con candados.
Versión policial sobre supuesto motivo de crimen
Ante medios oficialistas, el jefe de la Policía en Matagalpa, Juan Chávez, presentó a Castellón, asegurando que este “discutió con Fátima y utilizando un objeto contundente (palo de madera), golpeó a ambas víctimas en la cabeza, provocando su fallecimiento, siendo el origen de los delitos discordias de pareja”.
Además: Arancibia, el cerrajero de Matagalpa
Un dictamen forense establece que la mujer y la niña murieron como consecuencia de “trauma craneoencefálico severo”.
En la mañana de este sábado 22 de agosto, la Policía llevó a Castellón a la “reconstrucción de hechos” en el lugar del crimen, al mismo tiempo en que la mujer y niña asesinadas estaban siendo sepultadas en el cementerio de Molino Norte, al norte de la ciudad de Matagalpa, en la ruta hacia Jinotega.
En medio de la consternación, familiares de las asesinadas expresaron su deseo de aplicar justicia por sus manos, aunque coincidieron al exigir las condenas más severas contra el sospechoso.
“Lo que este desgraciado hizo no tiene nombre. Esperamos la justicia de Dios y la justicia terrenal, porque fueron tres vidas… toda la gente está pidiendo justicia”, comentó entre sollozos Delvis José Rodríguez Avendaño, primo de Martínez Rodríguez.
Suscríbase a nuestro Canal de YouTube
Por su parte, Jorge Luis Martínez Rodríguez, hermano y tío de la mujer y niña asesinadas, respectivamente, demandó de los operadores de justicia “que cumplan con su labor y que sean estrictos con él…”.
Lo conoció volviendo de Guatemala
Fátima del Carmen tenía tres hijos de 11, 10 y 4 años de un primer matrimonio. Ella enviudó y los 20 de cada mes recibía una pensión. Según sus familiares, hace aproximadamente un año viajó a Guatemala para visitar a un hermano y a una tía. Cuando regresó vía terrestre a Nicaragua, conoció a Castellón, con quien coincidió en el viaje de retorno.
Semanas después, Castellón se mudó a la casa de Martínez Rodríguez en el anexo al barrio Sabadell. Los vecinos le tenían desconfianza. Cuando la Policía lo presentó este sábado 22 de agosto, aseguró que el hombre tenía antecedentes por robo.
Otro primo de Martínez Rodríguez dice que Castellón consumía crack, una droga altamente adictiva, a base de cocaína. Para adquirirla, el hombre exigía dinero a ella.
Los familiares presumen que Castellón mató a la mujer para quitarle dinero de la pensión que ella habría cobrado el 20 de agosto.
El día en que fueron asesinadas
Juana Liseth Marenco, tía de la mujer y niña asesinadas, contó que ese jueves, un familiar llamado Marvin fue a buscar a Fátima, pero encontró a Castellón planchando una ropa.
– ¿Y la Fátima? – Preguntó Marvin
– No está – respondió Castellón
– A pues la voy a esperar
– No, porque yo ya voy saliendo
Según el relato de Marenco, Marvin pudo ver que la niña de 4 años estaba en la casa. Aunque la notó nerviosa, se fue sin sospechar nada.
Los familiares creen que en ese momento Castellón ya había matado a Martínez y que al ver nerviosa a la niña la mató también a garrotazos.
“Allí durmió”, consideró Marenco, apuntando que en la mañana del viernes 21 de agosto, Castellón fue visto salir de la casa.
Supuestamente se llevó un televisor, un reproductor de DVD, un cilindro de gas, entre otras pertenencias, cuentan los familiares de las víctimas.
Además, relatan que Castellón andaba “como si nada” en el barrio. Cuando los familiares estaban llevando los ataúdes en un camión pequeño, “apareció” y hasta “se quería montar”. Los familiares y amistades casi lo linchan. La Policía lo evitó arrestándolo.
Facebook Comments