Como una responsabilidad “delicada” en la que pretende “servir al pueblo”, asumió Matilde Elías Gutiérrez la nueva misión religiosa que implica su reciente ordenación, junto a otros dos jóvenes, como nuevos diáconos en la Diócesis de Matagalpa.
La de diácono es una de las órdenes mayores que otorga la Iglesia católica.
Gutiérrez, originario de la parroquia Nuestra Señora de Fátima en el municipio de Rancho Grande; José Luis Díaz, de la zona rural de la Parroquia San Antonio de Padua en el municipio de Matagalpa y Fernando Calero, de la parroquia San José Obrero, en el municipio El Tuma-La Dalia, son quienes el sábado 8 de junio fueron ordenados diáconos por el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos.
Anunciar el Evangelio, bautizar, asistir al sacerdote en el altar, distribuir la comunión y dar testimonio cristiano ayudando a los más pobres, son parte de las funciones de los diáconos.
La ceremonia de ordenación de los nuevos diáconos, concelebrada por el clero diocesano, fue en la catedral San Pedro Apóstol, de la ciudad de Matagalpa.
Diáconos llamados a la fidelidad
“Como siervos, al único a quien deben agradar es a su Señor. La Palabra de Dios debe ser anunciada y proclamada sin miedos, sin rupturas. Y sin endulzarla o querer endulzar el oído de los otros, o condicionado a lo que los otros quieran oír”, dijo monseñor Álvarez en su homilía.
Agregó que “es fácil ser coherente por un día o algunos días. Difícil e importante es ser coherente toda la vida. Es fácil ser coherente en la hora de la exaltación, difícil serlo en la hora de la tribulación. Y sólo puede llamarse fidelidad una coherencia que dura a lo largo de toda la vida. Ser fiel es no traicionar en las tinieblas lo que se aceptó en público”.
Los tres nuevos diáconos serán ordenados sacerdotes en noviembre próximo. Mientras tanto, el obispo Álvarez decidió que Gutiérrez servirá en la recién creada Parroquia San Francisco, en el municipio de Río Blanco; Díaz lo hará en la Parroquia San Pedro Apóstol, en la ciudad de Matagalpa; y Calero en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, Rancho Grande.
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