
Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa, consideró este martes 1 de enero, que la clase política nicaragüense “tiene un desafío histórico” para ayudar a conseguir la paz, pero también advirtió que Nicaragua necesita “una nueva generación de políticos jóvenes”, advirtiendo que “un político que no sirve a la paz, nunca podrá servir para ser político”.
En su primera homilía de 2019, durante la misa que presidió en catedral San Pedro Apóstol, colmada de feligreses, el obispo de Matagalpa retomó parte del mensaje del Papa Francisco en ocasión de la solemnidad de Santa María Madre de Dios y de la 52 Jornada de oración mundial por la paz, titulado “La buena política está al servicio de la paz”.
En ese mensaje, el Pontífice criticó “los vicios de la política”, así como la xenofobia y el racismo, calificando además como “vergüenza de la vida pública” a las múltiples formas de corrupción, la justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la “razón de Estado”, la tendencia a perpetuarse en el poder, el desprecio de los que se han visto obligados a ir al exilio, entre otros “vicios”.
Monseñor Álvarez señaló que en su mensaje el Papa Francisco propone un programa en el que los políticos puedan practicar las virtudes de “una buena acción política”, como la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad”.
“¡Qué dicha contar con políticos así!”, exclamó el obispo Álvarez, asegurando que “solo con políticos así, un país, una nación puede salir adelante, hombres y mujeres capaces de saberse y sentirse verdaderos artistas de progreso y de bien común, hombres y mujeres que más que responder a los intereses de un partido, respondan a los intereses de la patria, hombres y mujeres que hagan patria, auténticos patriotas”.
Según el mensaje del Papa, la “buena política” está al servicio de la paz y promueve los derechos humanos fundamentales; sin embargo, el obispo recordó a los feligreses matagalpinos que “una auténtica cultura de paz, de entendimiento, de respeto a los derechos fundamentales de los demás de justicia y de fraternidad solo comienza en la familia reconciliada y reconciliadora”.
“Así, el político (nicaragüense) tiene una magnífica oportunidad de ayudar a construir la paz, una civilización de paz. Así, la política se presenta como una magnífica oportunidad de ayudar a construir la paz, nunca estar a favor de la guerra ni promoverla. Un político que no sirve a la paz, nunca podrá servir para ser político”, señaló monseñor Álvarez.

Agregó que “en Nicaragua necesitamos una nueva generación de políticos jóvenes que le impriman dinamismo a la pluralidad ideológica, a la diversidad de pensamientos, políticos jóvenes y jóvenes políticos que se arriesguen por construir nuevos senderos, mejores que aquellos que hemos podido construir hasta ahora”.
Asimismo, el obispo de Matagalpa apuntó que “la clase política nicaragüense tiene un desafío histórico fundamental, que diría se le abre hoy en el primer día del año como un horizonte, un desafío que ya no tiene marcha atrás: o se hace historia como artesanos de paz, o se hace historia como destructores de la paz. O se hace historia como artesanos de la democracia o se hace historia como destructores de la democracia”.
Procesión sin incidentes
Después de la misa, el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, encabezó una procesión con Jesús Sacramentado por las principales calles de la parroquia San Pedro Apóstol, incluyendo parte de las avenidas Bartolomé Martínez y José Dolores Estrada, hasta retornar a la catedral.
Era tradición, hasta el año pasado, que la procesión del 1 de enero, en ocasión de la Jornada mundial de oración por la paz, saliera por la tarde desde la iglesia San José (sede de la Parroquia Inmaculado Corazón de María) hacia la catedral San Pedro Apóstol.
Sin embargo, este año, el obispo Álvarez orientó que la procesión fuese realizada en cada una de las 28 parroquias de la Diócesis, en el horario que cada uno de los párrocos estimara conveniente.
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