José Adán Cárdenas Dávila y Juan Pablo Soza Úbeda deberán esperar hasta el 27 de agosto para enfrentar un juicio por el asesinato de dos personas y por herir de gravedad a otras tres en la comunidad San Nicolás, al suroeste de la ciudad de Matagalpa.
El juicio estaba previsto para este martes 14 de agosto, pero en el Juzgado Segundo de Distrito Penal en Matagalpa, notificaron un oficio a la Policía para que llevara a los acusados. Sin embargo, estos se encuentran cumpliendo con la medida cautelar de prisión preventiva en el Sistema Penitenciario Regional de Waswalí, por lo que no fueron llevados al Complejo Judicial.
Inicialmente, el juicio estaba previsto para el 18 de mayo, pero los acusados no fueron llevados al juzgado por los tranques que se mantenían en el sector suroeste de Matagalpa, incluyendo la salida hacia Managua. Por esa razón, el juez Bernardo Morales decretó la suspensión del término de duración del proceso “por caso fortuito”.
Cárdenas y Soza fueron acusados como presuntos autores materiales de asesinato agravado en perjuicio de la productora Reyna Gioconda Molina Zamora y del mandador de la propiedad, Douglas Antonio Altamirano González; así como asesinato agravado en grado de frustración contra los hermanos María Marcela y Marco Aurelio Marenco Molina y la esposa de este, Zuleika Vanessa Otero Marín.
Por encargo
El crimen ocurrió la noche del 4 de marzo pasado. Según la acusación, Cárdenas y Soza habrían actuado por presunto encargo de Pracedes Vladimir Valverde Martínez —acusado en la misma causa como presunto autor intelectual de los hechos—, quien supuestamente les pagaría 60,000 córdobas.
Valverde, quien está prófugo, fue pareja de una hija de la productora asesinada, Reyna Karla Marenco Molina, quien lo acusó por violencia física y sicológica, delitos por los que fue condenado a siete años y ocho meses de prisión. Pero, tras un proceso de apelación fue sobreseído.
Tras salir de la cárcel, Valverde habría contratado a Cárdenas y Soza —a quienes conoció en una celda policial— para matar a su exsuegra y a quienes estuvieran en la casa “para no tener testigos”, refiere la acusación.
Disfrazados de policías
La noche del crimen, Cárdenas y Soza llegaron a Santa Gertrudis simulando ser policías que investigaban un caso de abigeato. El primero vestía como policía y andaba pistola, mientras que el segundo andaba un machete, armas con las que atacaron a las cinco personas que estaban en la casa de Molina Zamora.
La productora murió en el lugar, en tanto, sus hijos, nuera y el mandador Altamirano fueron llevados al hospital de Matagalpa. Altamirano murió el 21 de marzo, después que estuvo sus últimos 11 días internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro asistencial.
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