
Acusado por el presunto delito de violación agravada, en perjuicio de una niña de 11 años a quien atendió como paciente, un médico general debe enfrentar un juicio a finales de este mes en la ciudad de Matagalpa.
Es lo que decidió la titular del Juzgado Primero de Distrito Penal Especializado en Violencia en Matagalpa, Ivania Sancho Centeno, tras admitir el intercambio de información y pruebas que ofreció el Ministerio Público contra el doctor originario del municipio de Darío.
Mientras tanto, el abogado Darlin Antonio Obando, defensa técnica del médico, ha promovido un incidente de nulidad por “actividad procesal defectuosa”, porque no estuvo durante la audiencia inicial del proceso, en la cual, el acusado fue representado por un defensor público.
De acuerdo con la acusación de la Fiscalía, la presunta violación contra la niña ocurrió el 15 de marzo recién pasado en uno de los consultorios de una clínica previsional en la ciudad de Matagalpa, donde laboraba el acusado.
La madre de la niña llegó para que le practicaran unos exámenes de sangre, pero aprovechó para que su hija pudiera pasar consulta porque tenía dolores en la espalda, la cabeza y “le estaban saliendo unas manchas en la cara”, relata la acusación.
Diagnosticó cólico
Agrega que el médico general atendió a la niña y diagnosticó que “andaba cólico”, por lo que extendería una receta y una orden para que le practicaran exámenes de laboratorio a la paciente de 11 años.
Eran cerca de las 9:30 a.m. y, cuando madre e hija salían del consultorio para ir al área de laboratorios, el médico presuntamente intervino diciéndole que dejara a la niña porque “necesitaba tomarle otros datos”.
La mujer se fue al laboratorio y una vez que el médico quedó a solas con la niña, el hombre enllavó el consultorio y “ordenó a la víctima que se acostara en la cama porque la iba a examinar, haciéndole creer que le iba a hacer una revisión médica normal”, apuntó la Fiscalía en la relación de hechos.
“Aprovechándose de las circunstancias de estar solo y su superioridad física, procedió a agredir sexualmente a la víctima”, a quien le habría introducido el dedo índice, sin importarle que la niña expresara dolor.
Cuando la madre llegó a tocar la puerta, el médico abrió y ella entregó los resultados de los exámenes. Acto seguido, madre e hija fueron al baño, donde la niña contó lo ocurrido, culpando a su mamá “de lo que le había pasado porque la había dejado sola con el acusado”.
La madre regresó al consultorio a reclamar y, según la acusación, el médico “le pidió que no dijera nada, que lo disculpara, que le pagaría dinero por su silencio, porque no quería perder el trabajo”.
De acuerdo con valoraciones forenses, la niña presentaba “evidencia física” de la agresión sexual además de perjuicios en la salud psicológica.
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