La Majadita es una comunidad rural con amplia biodiversidad, bellezas escénicas e interés histórico y cultural, ubicada en el municipio de San Isidro, departamento de Matagalpa. Otro de sus atractivos es el río Viejo.
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Para llegar a La Majadita, a 18 kilómetros de la cabecera municipal de San Isidro, el visitante debe pasar primero por la comunidad Las Mangas, en la carretera hacia el departamento de León, para desviar por una carretera de macadán en buen estado, en la que pueden circular distintos tipos de vehículos, incluso mototaxis.
En esas planicies son vistosas las casas con techos de tejas de barro y grandes patios, rodeadas de verdes arrozales. También destaca el templo católico dedicado a San José, el padre de adoptivo de Jesucristo.
En La Majadita hay una finca llamada Los Brazuelos. Pertenece a la familia Rivas, quienes están apuntando al desarrollo turístico de la zona y ofrecen paseos en botes por el río Viejo, avistamiento de diferentes especies animales, estancia en la finca y recorridos por granjas de ovejas y granjas porcinas.
Edgard Rivas comenta que desde hace una década han invertido tiempo y dedicación para reforestar y preservar las especies animales en Los Brazuelos, para convertirla también en un lugar de sosiego para los visitantes.
“Aquí nací, aquí crecí y he estado en esta propiedad desde chiquito, era de mi abuelo, por eso tuve las ganas de hacer algo”, dice Edgard.
Erick Rivas, hermano de Edgard, apunta que, las 12 manzanas de extensión de la propiedad, están destinadas para la siembra de árboles y cultivo de vegetales.
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Los Brazuelos está del otro lado del río Viejo. Para cruzar, ahí le facilitan un chaleco salvavidas, porque es necesario usar un bote de motor o de remo por el que cada viajero debe pagar 20 córdobas.
También es sugerible que el visitante pueda portar repelentes de mosquitos.
Estando en la finca, el turista puede sentarse a la orilla del río y en la tranquilidad de una tarde probar suerte con la pesca de tilapias o guapotes. También puede recostarse en las hamacas dispuestas en el sitio.
Otra opción es rentar un bote a motor para ir a pasear hasta llegar a el embalse de Santa Bárbara, proveedor de energía eléctrica.
El emprendimiento turístico de los Rivas es una inversión privada que requiere de mayor infraestructura, pero tiene condiciones para los que disfrutan del agroturismo y la ecología.
Un proyecto comunitario
Según Edgard Rivas, desde hace mucho tiempo es tradición de las familias de las comunidades aledañas visitar La Majadita en tiempos de verano y Semana Santa, pero el desarrollo de turismo es una idea que nació desde la comunidad, lo que se ha ido fortaleciendo poco.
“La Majadita se puso en punto en las redes sociales, teníamos el atractivo del río, la gente venía a nadar”, entonces decidieron aprovechar el recurso del río y ofrecerles a los visitantes más opciones, explica Rivas.
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Aunque no tienen una organización formal, los mismos habitantes de La Majadita se han encargado de construir chozas, muelles, toboganes y poner rótulos a fin de atraer a los turistas. Todo ello con sus propios fondos privados, según lo explica Rivas.
Por otro lado, los servicios turísticos están distribuidos en varios proveedores, por ejemplo, aunque la familia Rivas no venda comida, ellos mismos se encargan de ponerse de acuerdo con las familias que si venden los platillos, los que pueden costar desde 80 córdobas a más.
Las piscinas de El Guayacán
Otro centro turístico ubicado en La Majadita es El Guayacán, nombre que se le da por un hermoso árbol de esta especie, ubicado en unas de las entradas del sitio.
En el centro turístico El Guayacán hay dos grandes piscinas con toboganes, en donde la entrada cuesta 100 córdobas y también se brinda el servicio del bar y restaurante, así como alojamiento, este último a 30 dólares la noche.
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Desde hace 4 años, la familia de Enmanuel Valdivia, arroceros de la zona, decidieron diversificar sus ingresos con el turismo: “como aquí en la comunidad, casi la mayoría de la gente venía por el río, entonces a mi papá se le ocurrió, pues vamos a hacer una piscina, a ver cómo nos va, gracias a Dios se nos llena para semana Santa, los fines de semana”, según Valdivia.
Explica que, en Semana Santa, han llegado a las piscinas del El Guayacán unas 2500 personas en un día. La mayoría de los visitantes son originarios de La Trinidad, Sébaco, Ciudad Darío y Matagalpa.
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