Dos pequeños se roban un saco de limones del vecindario y optan por dividirlos en un lugar callado y apartado.
Uno sugiere… ¡vamos al cementerio, a esta hora no hay nadie!
Al saltar la cerca del cementerio, dos limones se salen del saco y no le dieron mayor importancia, pues el saco tenía muchos más.
Algunos minutos más tarde, un borracho que salió de una cantina, pasó cerca de la entrada del cementerio y escucha una voz que decía: “uno para tí, uno para mí, uno para tí, uno para mí…”
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Inmediatamente se le fue la borrachera y corrió tan rápido que cae en la escalera de la iglesia…
Padre, Padre, Padre despierte, decía repetidamente, hasta que finalmente el Padre abre la puerta…
Padre, venga conmigo, he sido testigo de que Dios y el diablo se están compartiendo los muertos del cementerio…
Ambos corrieron de regreso al cementerio y al llegar aún la voz continuaba: “uno para tí, uno para mí, uno para tí, uno para mí…”
Repentinamente, la voz se detuvo y dice: ¿qué hacemos con los dos que están en la entrada?
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Debieron ver aquella maratón entre el Padre y el borracho…
El Padre casi se pasa la puerta de entrada a la iglesia gritando: “Aún no estamos muertos, ¡No nos cuenten!”
Ahora que estás riendo, no seas egoísta y comparte a tus amigos, y a algunos GRUPOS para que logres poner una sonrisa en todos ellos. ????????
(Tomado de Internet
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