La ausencia de los obispos de Nicaragua fue una de las preocupaciones destacadas en el mensaje final de la 40ª Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), celebrada del 26 al 30 de mayo reciente en Río de Janeiro, Brasil.
En el encuentro participaron los presidentes y secretarios generales de las conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, excepto los obispos nicaragüenses.
“Especialmente nos ha preocupado la situación de Haití y la ausencia de nuestros hermanos obispos de Nicaragua a quienes ofrecemos nuestra solidaridad y comunión”, reza el mensaje del Celam.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde hace años mantiene una persecución sostenida contra la Iglesia católica imponiéndole severas restricciones. Además, ha desterrado a obispos y sacerdotes, forzado al exilio a religiosos y laicos comprometidos, e incluso niega el reingreso al país a clérigos que viajan por estudios, atención médica o motivos personales.


En la estructura actual de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), elegida en noviembre de 2021, monseñor Carlos Enrique Herrera, obispo de Jinotega, funge como presidente, y monseñor Jorge Solórzano Pérez, obispo de Granada, como secretario general.
Aunque recientemente el régimen permitió que el cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, arzobispo de Managua, viajara al Vaticano para participar en el cónclave donde fue elegido el nuevo Papa León XIV, dicha autorización fue excepcional y no representa un cambio de política del régimen hacia la Iglesia.

Durante la Asamblea del Celam, los obispos del continente renovaron su compromiso con una Iglesia cercana y sinodal. Reflexionaron sobre los desafíos que enfrenta la región: el avance de la violencia, la migración forzada, la corrupción, la desigualdad creciente y el debilitamiento de la democracia.
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La Asamblea coincidió también con el 70 aniversario de la fundación del Celam, originada precisamente en Río de Janeiro en 1955, y con los 1700 años del Concilio de Nicea, pilar de la doctrina cristiana sobre la divinidad de Cristo.
Los obispos expresaron además su gratitud por el legado del Papa Francisco, recientemente fallecido, y celebraron la elección del nuevo Papa León XIV, exobispo latinoamericano.
En su mensaje, el CELAM ratificó su adhesión al camino sinodal y su impulso a una Iglesia en salida, misericordiosa y comprometida con la ecología integral, al cumplirse también el décimo aniversario de la encíclica Laudato Si’.
Reconocieron que aún persisten resistencias al estilo sinodal en algunos sectores eclesiales, pero reafirmaron que el Espíritu Santo sigue impulsando la misión desde la fe sencilla de los pueblos.
Los obispos encomendaron su servicio pastoral a Nuestra Señora de Aparecida, y concluyeron con un llamado a sostenerse en la esperanza que ofrece Cristo.
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