Comerciantes del Mercado Sur de Matagalpa y de calles cercanas advierten que la reciente reubicación de las paradas de buses rurales ha provocado una caída en las ventas, mayores dificultades para las personas que traen productos desde las comunidades y afectaciones a la relación comercial entre el campo y la ciudad.
Una de las paradas de buses rurales funcionaba al oeste del área de cocinas del Mercado Sur, justo en la entrada hacia la terminal de buses Tórrez Moreno, conocida como Cotran Sur.
Desde ese punto salían diariamente unidades con destino a distintas comunidades rurales, entre ellas Las Mesas Sur, El Bijagüe y Las Mercedes. La cercanía con el Mercado Sur permitía un intercambio directo y constante entre productores rurales y comerciantes urbanos, tanto para la venta de productos agrícolas como para la compra de insumos que los viajeros llevaban de regreso a sus comunidades.
Ahora, esas unidades están operando desde una plazoleta ubicada al otro lado del Río Grande, en el sector este del barrio Rodolfo López, cerca del puente de la salida a Managua, de donde también salen buses que antes lo hacían desde media cuadra al sur de la esquina conocida como Juan Morales.
El cambio obliga a los usuarios, incluyendo mujeres mayores de edad, a cruzar un puente peatonal por la Colonia El Mazo y caminar más de 600 metros con cargas pesadas para poder vender sus productos en el mercado.

“Hay ancianitas que vienen desde las cinco de la mañana con sus cargas, pero ahora deben caminar bastante. A veces apenas logran vender algo y salen corriendo para alcanzar el bus de regreso. Así no se puede”, expresó una comerciante del Mercado Sur.
También resultan afectados los arrendatarios que compran directamente a los productores rurales y aquellos que les venden lo que llevan de regreso a sus comunidades, como abarrotes, materiales de construcción y cosas que ellos no producen.
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Los arrendatarios en el Mercado Sur aducen que sus ventas dependen principalmente de las personas que viajan en esos buses. Por la reducción de sus ingresos, ahora también están preocupados por cómo saldarían deudas con microfinancieras y el gubernamental Programa Usura Cero.
Ferreterías y distribuidoras, que antes ofrecían el servicio de entrega hasta el punto donde salían los buses, han dejado de hacerlo.

“Antes te dejaban el cemento o los sacos de abono en el bus. Hoy te dicen que pagués un acarreo aparte, porque no van hasta allá. Está muy lejos y no se dan abasto”, relató otro comerciante.
Los cargadores que ayudan a los usuarios del transporte público a trasladar las cargas ahora cobran hasta 40 córdobas por trasladar un saco desde el barrio Rodolfo López hasta el mercado.
Con todo esto, los transportistas también son afectados porque sus usuarios están trasladando menos cargas hacia Matagalpa y hacia las comunidades. También han perdido usuarios, porque en algunos casos, estos prefieren juntarse para pagar el servicio de transporte en camionetas particulares y han dejado de usar los buses.
Los comerciantes y transportistas han enviado cartas a la municipalidad solicitando que revisen esta medida. Hasta ahora, no han recibido respuesta.
Aunque reconocen que en algunas zonas de Matagalpa es necesario ordenar el comercio, quienes laboran en el Mercado Sur cuestionan que el llamado “reordenamiento” se aplique de forma desigual.
Mencionan el caso del polideportivo El Brigadista, en el centro de la ciudad donde la municipalidad intentó mover a los comerciantes por obras de reconstrucción, pero estos permanecen en la zona.
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