Frente a opositores nicaragüenses reunidos en Indianápolis, Estados Unidos, para conmemorar el séptimo aniversario de las protestas de abril de 2018, el sacerdote Benito Enrique Martínez Gamboa instó a la comunidad exiliada a fortalecer su organización y trabajar por el retorno a Nicaragua.
“Hemos venido a organizarnos. Hemos venido a preparar nuestro regreso a Nicaragua porque vamos a regresar”, expresó el religioso.
El padre Martínez —quien estuvo encarcelado hasta que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo desterró en el grupo de 222 nicaragüenses enviados a Estados Unidos en febrero 2023, recordó la importancia del momento que atraviesa la diáspora: “Estos cuatro años que ahora estamos comenzando son cuatro años decisivos. Si en estos cuatro años no hacemos nada por Nicaragua, olvidémonos, ya no haremos nada”, advirtió.
El sacerdote enfatizó que la oposición debe renovarse con “nueva metodología” para enfrentar a “una dictadura profundamente débil, profundamente dividida” y que es “sostenida solamente por los malhechores de la Policía y el Ejército, dentro de los cuales ya se constata la misma inconformidad entre ellos…”.
Además, el padre Martínez reiteró su rechazo a cualquier salida armada, pero también a acuerdos que ofrezcan impunidad: “Nunca vamos a apoyar una salida violenta, armada, nunca. Pero tampoco apoyamos ponerle un colchón para que los sátrapas bajen del poder suavemente con perdón y con olvido. No, señor, tienen que pagar los crímenes que cometieron”.
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Con firmeza, el padre Martínez planteó dos propuestas concretas: convocar a las principales agrupaciones opositoras a una reunión el próximo 30 de mayo, fecha en que se conmemora la “masacre de las madres”, y formar un solo grupo representativo de nicaragüenses en cada país de la diáspora.
“El 30 de mayo sabremos quién es quién, quién lucha por la unidad y quién prefiere continuar trabajando solo, y una golondrina sola nunca hará verano”, sentenció.
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