El cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, arzobispo metropolitano de Managua, se encuentra en Roma para participar en las exequias del Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
La Arquidiócesis de Managua compartió este jueves 24 de abril una fotografía en la que el prelado aparece junto al cardenal Adalberto Martínez, arzobispo de Asunción, Paraguay.
El cardenal Brenes viajó el miércoles, con escala en Panamá, donde coincidió con sacerdotes y jóvenes salvadoreños que también se dirigían al Vaticano.
Su presencia en Roma ocurre a pocos días de que se convoque formalmente el Cónclave, que debe iniciar entre el 6 y el 11 de mayo, de acuerdo con la constitución apostólica Universi Dominici Gregis.
A sus 75 años, Brenes tiene derecho a participar por primera vez como elector —aunque las posibilidades son remotas, también como eventual candidato— en la elección del próximo Pontífice.
En declaraciones ofrecidas antes de su viaje, el cardenal nicaragüense descartó cualquier posibilidad de ser elegido Papa. “Busquen por otro lado”, dijo a algunos medios en Managua.
Brenes fue creado cardenal en 2014 por el Papa Francisco y es, junto al guatemalteco Álvaro Ramazzini, uno de los dos únicos cardenales centroamericanos con derecho a voto en este proceso.
El viaje del arzobispo de Managua ocurre en un contexto de tensión prolongada entre el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y la Iglesia católica.
Desde 2018, el régimen ha intensificado su persecución contra obispos, sacerdotes y comunidades religiosas, acusándolos de conspiración y golpismo. La represión ha incluido la cancelación de procesiones, la ocupación de templos, el cierre de universidades y seminarios católicos, y la expulsión o el exilio forzado de religiosos.
Entre 2023 y 2024, tres obispos fueron desterrados: Rolando Álvarez, Carlos Herrera e Isidoro Mora; mientras que monseñor Silvio Báez tuvo que exiliarse en 2019 por amenazas de muerte.
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Asimismo, más de 25 sacerdotes han sido impedidos de regresar a Nicaragua luego de realizar viajes al extranjero, por motivos pastorales, académicos o de salud. En muchos casos, las autoridades simplemente les negaron la entrada al país.
Aunque el cardenal Brenes pudo salir para participar en los actos fúnebres del Papa, no está claro si se le permitirá regresar. Hasta ahora, ni él ni la Arquidiócesis han comunicado públicamente los detalles del viaje, su duración o su eventual retorno.
La situación refuerza la incertidumbre sobre el margen de libertad que le queda a la jerarquía católica dentro del país.
La participación de Brenes en Roma, más allá del protocolo, representa también un momento de atención internacional sobre el cerco que vive la Iglesia nicaragüense y el papel que sus representantes pueden —o no— ejercer fuera de las fronteras del país.
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