El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo lamentó este lunes 21 de abril la muerte del Papa Francisco, en un mensaje oficial en el que elogiaron su compromiso con la paz, la fraternidad cristiana y la solidaridad. El pronunciamiento contrasta con el historial de confrontación del régimen nicaragüense con la Iglesia Católica y con el propio Pontífice.
“El Primer Papa de Nuestraamérica-Caribeña… ha pasado a otro Plano de Vida”, dice el texto firmado por Ortega y Murillo, en el que aseguran haber mantenido la “Esperanza en alto desde la Fe Cristiana”, a pesar de unas relaciones que califican como “difíciles” y “desgraciadamente influidas por circunstancias adversas”.
El mensaje fue dirigido también al cardenal Leopoldo Brenes y a la Iglesia en Nicaragua. En él, la pareja dictatorial expresa su deseo de que la Iglesia “llame a la Verdadera Paz, a la Comprensión, a la Armonía, al Respeto y a la Cooperación Solidaria”.



Sin embargo, el pronunciamiento ocurre dos meses después de que el propio régimen calificara al Vaticano de Estado “depravado y pedófilo”, en un comunicado difundido por la Cancillería nicaragüense el 8 de febrero de 2025.
El documento fue emitido en respuesta a una entrevista concedida por monseñor Rolando Álvarez al canal católico EWTN Noticias, en la que el obispo relató su experiencia tras haber sido encarcelado en Nicaragua y su posterior destierro a Roma.
El deterioro de las relaciones entre Nicaragua y el Vaticano ha sido progresivo.
En marzo de 2023, tras declaraciones del papa Francisco en las que calificó al régimen como una “dictadura grosera” comparable a los regímenes nazi y comunista, el gobierno nicaragüense suspendió oficialmente sus vínculos diplomáticos con la Santa Sede.
Ese mismo año, el régimen disolvió y confiscó todos los bienes de la Compañía de Jesús en Nicaragua —orden a la que pertenece el Papa Francisco— incluyendo el cierre de la Universidad Centroamericana (UCA).
El régimen Ortega Murillo también ha expulsado y desterrado a al menos 46 sacerdotes desde 2018, entre ellos el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, y han prohibido actividades litúrgicas públicas como procesiones y viacrucis.
Uno de los casos más graves fue el del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, sentenciado sin juicio a 26 años y 4 meses de prisión en 2023 y desterrado en 2024 tras haberse negado inicialmente a abandonar el país.
El régimen también ha confiscado propiedades eclesiásticas, incluyendo universidades, seminarios, centros pastorales, obras sociales y medios de comunicación católicos. Además, sus cuentas bancarias fueron congeladas.
Durante este período, Ortega ha calificado públicamente a la Iglesia como una “mafia” y al Vaticano como parte de un “conglomerado del fascismo”. El lenguaje agresivo ha sido parte de una estrategia sostenida de deslegitimación de la Iglesia, a la que ha acusado de conspirar contra el gobierno.
A pesar de este historial, el mensaje divulgado este lunes por Ortega y Murillo se centra en elogiar al pontífice argentino y su legado, expresando oraciones por su “Eterno Descanso”.
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