El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desmanteló las capillas ubicadas en edificios confiscados a la Diócesis de Matagalpa y sustituyó imágenes religiosas por símbolos del oficialismo. Entre los bienes desaparecidos se encuentra una pintura conocida como La Madonna, que estaba en el Centro Diocesano de Pastoral La Cartuja.
Este inmueble, ubicado cinco kilómetros al norte de la ciudad de Matagalpa sobre la carretera hacia Jinotega, fue confiscado a inicios de 2025 y convertido en una extensión de la Universidad Nacional Agraria (UNA). Según una publicación del medio Confidencial, el régimen destinó al menos 730,848 córdobas para el reacondicionamiento de la nueva sede.
Antes de la ocupación, La Cartuja era un lugar de retiro y formación pastoral. Los jardines internos estaban delineados por arbustos de gencianas rojas, palmas y bugambilias en flor que trepaban por las columnas de los corredores.
Las bancas de hierro verde y mesas de vidrio ofrecían espacios para la reflexión o las conversaciones comunitarias. El silencio del entorno, acentuado por la cercanía del bosque, le daba al lugar un aire de recogimiento espiritual.
En la entrada principal, una imagen de Jesús de la Divina Misericordia daba la bienvenida a laicos, religiosas, sacerdotes y otros visitantes. Estaba resguardada bajo una estructura metálica con techo de zinc. A sus pies, un letrero recordaba: “Jesús en vos confío”.
Dentro de la capilla de La Cartuja —utilizada para celebraciones litúrgicas y adoración— colgaba un cuadro conocido como La Madonna, que representaba a Santa Ana con la Virgen María cuando era niña.
Estaba enmarcado por una estructura dorada, sobre una pared de madera, y colocado justo encima de una custodia de exposición eucarística. La escena mostraba a la niña María de pie sobre la pierna de su madre, con los brazos apoyados en su hombro; ambas vestían de blanco.
Mosaico CSI no encontró fuentes bibliográficas sobre esta obra en Matagalpa, pero, una fuente eclesiástica indicó que La Madonna habría sido un obsequio del Papa San Pablo VI a monseñor Julián Luis Barni Spotti, quien fue el quinto obispo de Matagalpa (entre 1970 y 1982) y promovió la construcción de La Cartuja como centro de pastoral.
Tras la confiscación, el régimen Ortega Murillo rebautizó el inmueble como Centro Universitario “Padre y comandante Camilo Torres Restrepo”, bajo administración de la UNA.
Las bancas, la fuente, las flores y los elementos religiosos fueron retirados. En su lugar, instalaron un pebetero, mástiles con banderas rojinegras, murales y fotos con las figuras de Daniel Ortega y Rosario Murillo, así como de personajes vinculados con el oficialismo, como Tomás Borge (1930-2012), fundador del Frente Sandinista.
Este nuevo uso del inmueble no conserva ningún elemento del patrimonio religioso anterior. Tampoco existe información oficial sobre el destino de las imágenes, cuadros, objetos litúrgicos, mobiliario ni archivos que pertenecen a la Diócesis y que permanecían en el lugar al momento de la ocupación.
Las comparaciones entre fotografías anteriores y actuales evidencian un proceso sistemático de eliminación de la simbología religiosa y del legado espiritual de la Diócesis en ese espacio.
Lo mismo ocurrió en la Residencia Episcopal de Matagalpa, también confiscada. En ese lugar, según algunas fuentes, fue desmantelada la “Capilla de las Misericordias”, mencionada con ese nombre por el obispo Rolando José Álvarez Lagos el 8 de agosto de 2022, mientras permanecía bajo encierro forzado.
Desde esa capilla, monseñor Álvarez presidió celebraciones eucarísticas y rezos que transmitía por las redes sociales de la Diócesis, antes del 19 de agosto, cuando un descomunal operativo policial lo sacó del inmueble. Ese día fue trasladado a la casa de su familia en Managua, donde continuó confinado bajo vigilancia policial hasta que fue encarcelado el 9 de febrero de 2023 en el sistema penitenciario La Modelo.
En el Ateneo —el salón de actos del episcopado— estaba expuesto un lienzo de la Sagrada Familia atribuido al pintor español Bartolomé Murillo. Aunque su autenticidad no ha sido verificada, la obra tenía un fuerte valor simbólico para la región. No hay información sobre su paradero actual.
En el edificio episcopal ahora opera la empresa Servicios Médicos Especializados S.A. (SERMESA), que administra empresas médicas previsionales bajo el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
El régimen no ha publicado inventarios ni ha informado sobre los bienes religiosos, imágenes u objetos que formaban parte del patrimonio de la Diócesis.
Contratos para reacondicionar La Cartuja
Según el reporte de Confidencial, los fondos invertidos en el acondicionamiento de La Cartuja fueron distribuidos en varios contratos. El contrato 12-2025, por 159,988 córdobas, fue adjudicado a UYA COMUNICACIONES para instalar letras de latón con el nombre de la nueva sede.
El contrato 13-2025, por 120,860 córdobas, fue otorgado a Víctor Evelio Rayo García, quien construyó un pebetero, una cruz, un florero y una antorcha metálica. Miguel Ángel Rivera González recibió el contrato 15-2025, por 450,000 córdobas, para ejecutar remodelaciones menores como pintura, reubicación de luminarias, colocación de ventanales y construcción de un pedestal.
Además, la empresa de vigilancia El Halcón recibió el contrato 5-2025, por 495,307 córdobas, para instalar casetas de seguridad y custodiar la sede durante cuatro meses. Esta empresa también presta servicios al Centro Universitario Cosigüina.
Imágenes difundidas por medios oficialistas muestran jardines renovados, pintura en muros y un mural con las imágenes de Ortega y Murillo, en el mismo espacio donde antes se encontraba iconografía religiosa.
Un discurso con advertencia
En su monólogo diario transmitido por medios oficialistas el 11 de abril recién pasado, Rosario Murillo confirmó la transformación de La Cartuja y de otros centros confiscados, anunciando que “después de Semana Santa”, del 21 al 23 de abril, serían inaugurados.
Pero, en su intervención, Murillo amenazó: “Todo aquel que haya profanado o intentado profanar nuestra tierra sagrada, no tendrá paz. Porque es en esta patria bendita donde estamos todos los días aprendiendo a cultivar y defender la paz”.
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