La población del Caribe nicaragüense es más antigua y diversa de lo que los arqueólogos habían documentado. Estudios recientes han determinado que la osamenta hallada en el conchero Angi, en Monkey Point, a casi 48 kilómetros de Bluefields, en la Costa Caribe Sur de Nicaragua, pertenece a una mujer de hace 3,900 años cuyo ADN es único en la región.
A diferencia de otros individuos analizados en Nicaragua, su perfil genético no muestra vínculos con las poblaciones prehispánicas del istmo panameño ni con comunidades antiguas de Colombia o Venezuela.
Este hallazgo confirma la existencia de una población nativa diferenciada en el Caribe nicaragüense, lo que obliga a replantear las rutas migratorias antiguas en la región.
El descubrimiento es parte del estudio Primeras incursiones humanas en el Caribe Nicaragüense, liderado por los arqueólogos Uwe Paul Cruz Olivas, originario de Matagalpa, y Christopher José Gago Vega.

A través de análisis genéticos y osteológicos, el equipo examinó la osamenta de Monkey Point y comparó sus resultados con restos hallados en otros sitios arqueológicos del país.
El Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania, procesó el ADN, mientras que distintos laboratorios especializados realizaron las dataciones por radiocarbono.
Los resultados muestran que, a diferencia de los individuos hallados en Ciudad Sandino y Managua, cuyos genomas tienen una conexión clara con poblaciones del istmo panameño y de Sudamérica, la mujer de Angi no presenta coincidencias con esos linajes. Su ADN es nativo del Caribe nicaragüense, lo que indica que esta zona estuvo habitada por un grupo humano con una identidad genética distinta.
Una población única en el Caribe nicaragüense
El análisis osteológico reveló que la mujer de Monkey Point tenía un fuerte desarrollo en la parte superior del cuerpo, lo que indica que remaba con frecuencia, reforzando la hipótesis de que el mar fue clave en su modo de vida.
Sin embargo, lo que la hace única es su código genético, que no se parece al de otras poblaciones antiguas de Centroamérica o Sudamérica.
“El individuo de Monkey Point no formaba parte de la población que se expandió hacia el Caribe occidental”, menciona el informe Primeras incursiones humanas en el Caribe Nicaragüense.
Estos resultados contrastan con los restos encontrados en Ciudad Sandino y Managua, cuyos perfiles genéticos sí muestran relaciones con poblaciones prehispánicas del sur.
Esta diferencia sugiere que el Caribe nicaragüense albergó un linaje propio, mientras que otras zonas del país recibieron influencia genética externa a lo largo del tiempo.
Replanteando la historia de las migraciones
Los arqueólogos han cuestionado la idea de que el poblamiento del Caribe estuvo influenciado únicamente por migraciones desde América del Sur o Mesoamérica. La nueva evidencia sugiere que el Caribe nicaragüense tuvo una población distinta con características propias, lo que plantea nuevas preguntas sobre su origen y desarrollo.
El equipo de Cruz y Gago continuará con más análisis de ADN para profundizar en la historia genética de esta población. Además, los investigadores han iniciado un proceso de preservación y conservación de los hallazgos bajo estándares de protección del patrimonio cultural.
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