La persecución religiosa en Nicaragua ha colocado a las mujeres cristianas en una situación de mayor vulnerabilidad, según la Lista de Vigilancia Mundial 2025 (WWL, por sus siglas en inglés) de la organización cristiana Open Doors.
La combinación de represión estatal, vigilancia y violencia de género ha formado un entorno de riesgo para aquellas que participan activamente en la Iglesia o tienen vínculos con disidentes del régimen.
Open Doors explica en su informe que “en comparación con otros países latinoamericanos, las mujeres y las niñas sufren relativamente pocas formas de persecución religiosa específicas de género. Las que corren mayor riesgo son las disidentes del régimen, las activistas de derechos humanos o las familiares de opositores políticos. Las mujeres cristianas, principalmente católicas, pueden caer en esta categoría».
Sin embargo, señala que este contexto ha facilitado la vigilancia constante de mujeres cristianas por parte de grupos aliados al régimen, así como su exposición a estructuras criminales que operan con impunidad en el país.
Open Doors advierte que «la opresión estatal que sigue ejerciendo el presidente Daniel Ortega se ha agravado en el año que abarca el informe WWL 2025, lo que ha colocado a las mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad. Debido a la falta de confianza en el sistema de justicia, muchas víctimas no han denunciado los delitos cometidos contra ellas».
Esta situación ha permitido que los agresores gocen de total impunidad, e incluso aquellos que han sido detenidos por delitos contra mujeres han recibido posteriormente el indulto.
La persecución también ha afectado a las mujeres de manera indirecta, debido a que “sufren la pérdida de los hombres y niños cristianos, quienes son más vulnerables a ser encarcelados, secuestrados u obligados a huir de Nicaragua», menciona el documento.
El informe también señala que la violencia doméstica sigue siendo un problema crítico en Nicaragua, donde muchas mujeres enfrentan agresiones dentro de sus propios hogares.
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«Aunque son esporádicos, hay algunos informes de mujeres que han sido golpeadas por hombres debido a su asociación con la iglesia, lo que sugiere que las mujeres enfrentan una mayor vulnerabilidad a la violencia y el abuso doméstico debido a su fe», documenta Open Doors.
En algunos casos, la fe ha sido utilizada como un pretexto para la violencia dentro de un entorno de inestabilidad doméstica.
Casos documentados por expertos locales han evidenciado cómo algunas mujeres cristianas han sido golpeadas con cinturones y amenazadas con cuchillos por sus propios esposos debido a su afiliación religiosa.
«Un experto del país registra ejemplos de mujeres que fueron golpeadas con cinturones y amenazadas con ataques con cuchillos por sus maridos debido a su fe, su afiliación y papel en la iglesia», detalla el informe.
Mientras tanto, en su informe “Nicaragua, una Iglesia perseguida”, la abogada Martha Patricia Molina afirma que 99 mujeres, monjas o religiosas”, dejaron de ejercer su misión pastoral en Nicaragua.
Pero, la ausencia de registros completos sobre las agresiones a mujeres religiosas refleja cómo su rol, aunque crucial en el funcionamiento de la Iglesia, es a menudo invisibilizado cuando se habla de persecución.
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