En un emotivo mensaje pronunciado este domingo 29 de diciembre, durante la misa de apertura del Jubileo Ordinario 2025 en la Catedral Metropolitana de Guatemala, el obispo de Jinotega, desterrado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pidió orar por Nicaragua y expresó su anhelo de un futuro mejor para su pueblo y su pronto regreso a la tierra que lo vio nacer.
Monseñor Herrera, quien es presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, concelebró la misa presidida por el arzobispo de Guatemala, monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez, en las solemnidades de la Sagrada Familia y la apertura del Jubileo Ordinario 2025 convocado por el Papa Francisco.
Es la primera aparición pública del obispo de Jinotega desde que llegó a Guatemala, donde fue recibido por la Orden de Frailes Menores, a la cual pertenecía antes de ser nombrado obispo, cargo incompatible con los votos de la congregación de San Francisco de Asís.
Monseñor Herrera fue desterrado y enviado a Guatemala el 13 de noviembre recién pasado, después de que, en una misa del 10 de ese mismo mes, demandó respeto a la celebración de las misas, interrumpidas con frecuencia por el sonido estridente de los festejos organizados por la Alcaldía de Jinotega.
Al finalizar la ceremonia eucarística en Guatemala, el obispo de Jinotega se dirigió a los asistentes agradeciendo al arzobispo de Guatemala por su apoyo: “A los pocos días de haber llegado expulsado de allá de Nicaragua, [monseñor Gonzalo] me fue a visitar y animarme […] Agradecer a ustedes también, al clero de esta Arquidiócesis, por sus oraciones ante todo y porque acogen a muchos peregrinos que pasan por acá hacia el norte”.
Destacando los paralelismos entre las dificultades vividas por los migrantes y la Sagrada Familia, el obispo de Jinotega pidió a los fieles orar por Nicaragua:
“Orar, no solo por mí, sino por el pueblo de Nicaragua, para que un día podamos estar y vernos juntos como hermanos y apropiarnos de nuestro lugar donde hemos nacido”.
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Concluyó su intervención con un mensaje esperanzador, en sintonía con el tema del Jubileo: “como en este año es de la esperanza, yo espero que la esperanza no me defraude, por la fe que el Señor mismo nos regala vamos siempre esperando que el futuro será mejor”.
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