Productores de café en los departamentos de Matagalpa y Jinotega urgen contratar cortadores que ayuden a recolectar la cosecha del ciclo 2024-2025. Enfrentan múltiples desafíos: la maduración pareja de los cafetos en todas las altitudes, fuertes rachas de viento, lluvias constantes y la migración de trabajadores hacia el extranjero y hacia tabacaleras en Estelí o la minería ilegal.
“La maduración está con todo”, asegura Bayardo Irías Chavarría, caficultor jinotegano que necesita alrededor de 1,000 cortadores para recolectar el grano en cuatro propiedades, incluyendo la finca Siempre Viva, en Pantasma; las fincas El Tesoro, Santa Celia y San Gabriel en el municipio El Cuá, departamento de Jinotega.
Irías ofrece el pago de 80 córdobas por lata de café cortado, alimentación con tres mejoras semanales y el pago cada tres semanas. Aun así, la contratación de obreros agrícolas “está difícil”, sostiene.
También en El Cuá, una productora relata las dificultades: “Las lluvias tienen una semana que no cesan. Hay bastante grano caído también por el viento, pasan rachas bastante fuertes”, dice, prefiriendo mantener el anonimato.
El problema se extiende por toda la región cafetalera. A pesar de que la cosecha se encuentra en su punto óptimo, los productores apenas han contratado el 30% de la mano de obra necesaria.
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En Matagalpa, el perifoneo en calles y las publicaciones en redes sociales reflejan la desesperación por encontrar trabajadores.
Irías explica que esta situación es consecuencia de un verano extendido y la floración de junio que sincronizó la maduración en todas las zonas: baja, intermedia y alta.
“Está súper maduro en toda la zona, hermano. No solo en las zonas bajas como en años anteriores, sino que está parejo también en las zonas intermedias y en las altas”.
Históricamente ha sido difícil la llegada masiva de cortadores a las fincas para estos días, debido a las fiestas por promociones escolares y celebraciones de las tradicionales Purísimas, pero, la maduración escalonada por zonas permitía a los productores contar con mano de obra suficiente.
Sin embargo, la migración hacia otros países y de trabajadores que prefieren ir a las tabacaleras o a la minería ilegal, ha agravado la situación. La esperanza es que este fin de semana los cortadores puedan integrarse a las fincas.
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