Yasuri: la fuerza de una nicaragüense en el exilio

Entre el desarraigo y la esperanza, Yasuri transforma su dolor en lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+

Mosaico CSI
7 Min Read
Yasuri es cofundadora de MesArt. © Mosaico CSI | Cortesía

Cuando Yasuri menciona las siete navidades que ha pasado lejos de su familia, su voz se quiebra. Desde San José, Costa Rica, transforma ese dolor en esperanza, liderando una lucha tenaz por los derechos de las personas sexualmente diversas mientras enfrenta los retos del exilio.

Desde 2018, cuando la represión en Nicaragua alcanzó niveles insostenibles, el mundo de Yasuri cambió rotundamente. Para entonces, era estudiante de Enfermería, con mención en Obstetricia y Perinatología, en el Instituto Luis Felipe Moncada de la UNAN-Managua.

Soñaba con graduarse y entregarle el título a su madre, quien siempre fue su mayor apoyo. Sin embargo, ese sueño se desmoronó cuando, en medio de la crisis sociopolítica, la expulsaron de la universidad sin darle la oportunidad de defenderse.

Yasuri 2
© Mosaico CSI | Cortesía

«Cuando estalló todo el proceso de repudio a la tiranía de la dictadura, me uní a las brigadas médicas que brindaban atención a las personas que fueron vilmente atacadas por las fuerzas paramilitares y parapoliciales», recuerda Yasuri. Su activismo comenzó en medio de la crisis, brindando apoyo médico y solidaridad a quienes más lo necesitaban.

Ese mismo espíritu la acompañó cuando se vio obligada a exiliarse en Costa Rica. Llegar a un país desconocido, dejando atrás a su familia, sus amigos y su proyecto de vida, fue desgarrador. Pero en el exilio encontró un nuevo propósito.

Distanciarse de su familia es de lo más doloroso para Yasuri. «Para protegerlos de posibles represalias de la dictadura, he tenido que cortar comunicación con ellos, lo que ha significado pasar ya siete navidades sin poder abrazarlos ni compartir esos momentos tan significativos», comparte con la voz entrecortada.

“Era el sueño de poder entregar mi título universitario a mi madre que fue un pilar fundamental durante todo mi proceso de estudio, y verme graduada como Enfermera al servicio de la población, este sueño me lo arrebataron, porque la dictadura bajo su brazo represor que es UNEN, (Unión Nacional de Estudiantes Universitarios de Nicaragua), me expulsó de mi carrera Universitaria, recibí la notificación en mi perfil de estudiante que había sido expulsada, sin darme o realizar mi debido proceso, esta violación a mi derecho a la educación lo denuncie ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos); sin embargo, recibimos la respuesta de que no puede proceder por no haber agotado los recursos en Nicaragua”.

Suscríbase a nuestro Canal de YouTube

Pese a estos duros golpes para el desarrollo de su vida, hoy se reconoce como una voz potente para su comunidad:  «Hoy me reconozco como activista, porque he sido una de las voces que ha decidido no seguir brindándoles la comodidad de mi silencio», proclama Yasuri.

Su mensaje es claro: la lucha por los derechos LGBTIQ+ no es una moda pasajera, es una necesidad urgente de transformación social.

Yasuri 3
© Mosaico CSI | Cortesía

En 2019, Yasuri fundó junto a otros activistas la Mesa de Articulación LGBTIQ+, que posteriormente se convertiría en Asociación MesArt. Esta organización es un espacio de reconstrucción, esperanza y resistencia para personas sexualmente diversas exiliadas.

«Nuestra misión es brindar contención y herramientas necesarias a las personas para superar perjuicios y todas las fobias causadas por la discriminación hacia la orientación sexual o la identidad de género», explica Yasuri.

La organización se ha convertido en un refugio para quienes han sido expulsados de sus territorios por su identidad.

Las líneas de trabajo de MesArt son amplias: desde la gestión de recursos humanitarios hasta la promoción de emprendimientos, pasando por el acompañamiento psicosocial y la prevención de la violencia.

Yasuri describe la situación actual de los derechos LGBTIQ+ como una «carrera contrarreloj» contra una creciente ola de ideologías que buscan perpetuar sistemas de exclusión.

«Estas fuerzas no solo pretenden seguir excluyéndonos, sino que dirigen su enfoque particularmente hacia las poblaciones LGBTIQ+, negándonos el acceso a derechos fundamentales y a una vida digna», denuncia.

Agrega: «Como nicaragüense, tengo el derecho de vivir en un país que garantice el cumplimiento pleno de mis derechos, sin importar mi orientación sexual o identidad de género. Desde el 2019 me he integrado a procesos de formación de procesos psicosociales, de activismo sobre derechos humanos y acompañamiento, estas herramientas me han permitido alzar mi voz sobre mis derechos como persona sexualmente diversa y visibilizar que nuestro desplazamiento fue en respuesta a ese hartazgo que como sociedad hemos venido sufriendo en Nicaragua».

Los retos son múltiples: desde conseguir financiamiento hasta lograr la personería jurídica de la organización. Sin embargo, Yasuri lo ve como una oportunidad para demostrar resiliencia.

«Pese a todos estos desafíos, el propósito que nos guía nos da fuerza para seguir adelante, confiando en que cada esfuerzo vale la pena para construir un futuro más justo y esperanzador. Hemos venido realizando acompañamiento a la población LGBTIQ+ mayoritariamente nicaragüense en el acceso a sus derechos de forma integral», expresa.

La visión de MesArt es ambiciosa: convertirse en una organización autosostenible, referente en la producción de conocimiento y en la lucha contra la diversofobia, completamente integrada a la sociedad civil costarricense.

En medio del exilio, Yasuri ha encontrado un propósito claro: la lucha por una sociedad más justa, inclusiva y digna.

Facebook Comments

Compartir este artículo
Seguir
Medio de comunicación digital local independiente, con noticias, reportajes y perfiles principalmente sobre los departamentos de Matagalpa y Jinotega. Nuestra labor ha sido reconocida con múltiples premios y reconocimientos a la excelencia periodística.
Deja un comentario