Iglesia mexicana conmovida ante destierro de obispo de Jinotega

El episcopado mexicano se solidariza con la Iglesia nicaragüense y expresa su apoyo a monseñor Carlos Herrera, desterrado por el régimen Ortega Murillo

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Foto CELAM

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su «profunda preocupación y dolor» ante los actos de represión que sufre la Iglesia en Nicaragua, tras el reciente destierro de monseñor Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.

En una carta fechada el 14 de noviembre y dirigida al cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, vicepresidente de la Conferencia Episcopal nicaragüense, la CEM se solidarizó con el obispo Herrera y con toda la Iglesia de Nicaragua, que enfrenta una «difícil situación» bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

«Como hermanos en la fe, nos solidarizamos con él y elevamos nuestras oraciones para que esta difícil situación encuentre una pronta solución y pueda regresar a su Patria», expresa el mensaje firmado por monseñor Ramón Castro Castro, presidente de la CEM, y monseñor Héctor Mario Pérez Villarreal, secretario general.

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La carta también reafirma el compromiso de la Iglesia mexicana de acompañar fraternalmente a la comunidad católica en Nicaragua, ofreciendo cercanía espiritual y disponibilidad en estos momentos de prueba.

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El mensaje de la CEM encomienda a los nicaragüenses a la protección de Nuestra Señora de Guadalupe, “Emperatriz de América”, así como a la intercesión de la Purísima, considerada la madre de todos los nicaragüenses, en un gesto de hermandad y apoyo en la fe.

«Les expresamos nuestra cercanía espiritual y total disponibilidad para con todos los obispos y el Santo Pueblo Fiel de Dios», menciona la carta.

La expulsión de monseñor Herrera, el 13 de noviembre reciente, se suma a un contexto de creciente hostigamiento del régimen nicaragüense hacia la Iglesia católica.

El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) también se pronunció, solidarizándose con la Iglesia nicaragüense ante el destierro del obispo de Jinotega.

La salida forzada de monseñor Herrera ha generado una ola de reacciones de solidaridad en la región, reflejando la preocupación de la comunidad católica latinoamericana ante las violaciones a la libertad religiosa en Nicaragua.

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