Tras meses de profundo silencio, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, desterrado de Nicaragua junto a otros clérigos en enero de 2024, ha emitido su primera comunicación oficial, dirigiéndose desde Roma al Administrador Diocesano de Albacete, España.
En la carta, fechada el 31 de octubre, Álvarez expresa su solidaridad ante los recientes desastres provocados por las fuertes lluvias en la localidad de Letur.
El obispo Álvarez, quien fue desterrado junto al obispo de la Diócesis de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega y otros miembros del clero nicaragüense, utiliza el encabezado de la Diócesis de Matagalpa y firma como «Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí», lo que mantiene su identidad y responsabilidad pastoral a pesar de su forzado exilio.
Este acto también reafirma su compromiso espiritual con las diócesis nicaragüenses que ha liderado y envía un mensaje de resistencia a sus fieles.
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La carta, dirigida a monseñor Julián Ros Córcoles, Administrador Diocesano de Albacete, transmite la conmoción de Álvarez y su equipo ante los videos que muestran la devastación en Letur.
«Con nuestras sencillas plegarias, nos unimos a usted y a los hermanos letureños que han sufrido este terrible embate de la naturaleza», escribe Álvarez, y añade oraciones por las personas desaparecidas.
Es la primera comunicación oficial que se hace pública suscrita por el obispo de Matagalpa desde que fue desterrado y visibiliza la conexión espiritual que mantiene con los rebaños que pastorea en Nicaragua.
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