Existe “una seria persecución” a los liderazgos religiosos en la Costa Caribe de Nicaragua por la que muchos pastores han sido forzados a exiliarse en Honduras y Costa Rica, afirmó Braulio Abarca, abogado del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, durante la presentación del Informe: Seis años de la represión a la libertad religiosa en Nicaragua.
Aunque, también hay casos que siguen sin ser denunciados por temor de los afectados o por la costumbre de las denominaciones cristianas de dejarle todo a Dios, estima Wendy Quinteros, integrante del Colectivo.
El informe de 116 páginas documenta las agresiones a la libertad religiosa en Nicaragua en cuatro etapas a partir de abril de 2018, las cuales comprenden campañas de estigmatización y descalificación a los religiosos; exilio forzado y el incremento de distintos tipos de agresiones; la ruptura de relaciones diplomáticas con El Vaticano, y el destierro y despojo arbitrario de la nacionalidad a sacerdotes y personas integrantes de distintas denominaciones religiosas.
Por su parte, Yáder Valdivia, abogado del Colectivo, invitó a los afectados a que denuncien para documentar y crear memoria con piezas de búsqueda de justicia.
“Si un sacerdote en este momento sale de su parroquia, se va a encontrar con una patrulla de la Policía que lo está vigilando, eso hay que documentarlo y evidenciarlo, porque en algún momento estas piezas de memoria van a servir para que estos crímenes no queden impunes”, mencionó Valdivia.
La Iglesia Morava de Nicaragua se encuentra entre las 1,800 organizaciones de la sociedad civil canceladas solo durante el mes de agosto de 2024.
Fundada en 1849 por misioneros moravos originarios de Alemania, es una de las más antiguas de Nicaragua y, según el Colectivo, cuenta con más de cien mil feligreses, en su mayoría indígenas miskitos, mayangnas y afrodescendientes.
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Abarca, en tanto, relató que en la participación del Colectivo en el Evento Paralelo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, llevado a cabo en Ginebra, Suiza, tuvieron la oportunidad de estar con un pastor moravo quien les comentó que el régimen violenta los derechos humanos de la población miskita.
El informe del Colectivo recoge testimonios de religiosos y laicos de todas las denominaciones cristianas de Nicaragua, y también explica cómo ha evolucionado la narrativa estatal del supuesto golpe de Estado supuestamente orquestado por la Iglesia católica, y documenta los crímenes de lesa humanidad cometidos en contra de religiosos y laicos.
De igual manera, entre los temas de interés del Informe se encuentran los discursos de odio y apología del delito, la profanación y/o destrucción de templos y lugares de fe, la resignificación de la fe, injerencias arbitrarias a las iglesias y censura, la violación al derecho de libertad de religión y conciencia como forma de tortura o trato cruel e inhumano, agresiones y atentados contra religiosos, detenciones, criminalización, destierro y desnacionalización, así como los perpetradores de estos crímenes.
“Nunca el país, había tenido a tantos sacerdotes presos, religiosas y religiosos perseguidos y expulsados. Ni en tiempos de guerra hubo fomento de terror como el que sufre actualmente el pueblo nicaragüense y en particular la iglesia católica, a la que se le persigue hasta por sonar las campanas”, concluye el Informe.
En consecuencia, la persecución contra la iglesia y en particular contra sus sacerdotes y otras personas religiosas, constituye crímenes de lesa humanidad. En este sentido, la documentación de estas graves violaciones es fundamental para futuros procesos de justicia sea en la jurisdicción nacional o en otras jurisdicciones.
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