En un esfuerzo por proporcionar información basada en evidencia científica sobre el aborto, Ipas Latinoamérica y el Caribe (Ipas LAC) ha lanzado el sitio web “No sé si abortar o no“, que está disponible a partir de hoy, 3 de octubre.
La plataforma surge como respuesta a la necesidad de información confiable en un tema que sigue siendo controvertido en muchos países de la región.
La iniciativa “No sé si abortar o no” es un proyecto colaborativo que ha involucrado a más de 180 organizaciones de la sociedad civil en toda Latinoamérica.
María Antonieta Alcalde Castro, directora de Ipas LAC, resaltó la importancia de este portal: “Esta es la otra cara del movimiento. Así como tenemos las marchas, que son igual de importantes, también tenemos la creación de contenido en redes sociales y en otras plataformas virtuales”, afirmó.
El portal digital ofrecerá las respuestas a aproximadamente 400 preguntas sobre diversos aspectos del aborto seguro, incluyendo: procedimientos y tipos de aborto; cómo acompañar a alguien que decide abortar; legislación en diferentes países; y, formas de reducir el estigma y la criminalización social.
Solo en Google, la frase “No sé si abortar o no” genera 9 millones de resultados, por lo que el portal pretende contrarrestar la desinformación difundida por grupos antiderechos, ofreciendo datos respaldados científicamente y explicados de manera amigable y clara.
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Fernanda Díaz de León Ballesteros, subdirectora de Ipas LAC, enfatiza que “la despenalización es apenas el primer paso de un camino, no es la meta”.
Consecuencias de la penalización total del aborto en Nicaragua
La penalización total del aborto en Nicaragua ha tenido graves consecuencias legales, sociales y de salud pública, según advierte María Teresa Blandón, feminista y directora de La Corriente.
Desde el punto de vista legal, la prohibición absoluta “coloca a las mujeres, pero también al personal médico, como criminales”, señala Blandón. Esto ha generado una condena social y moral hacia las mujeres, estigmatizándolas como delincuentes ante la sociedad.
En el ámbito de la salud, la penalización pone en riesgo la vida y el bienestar de las mujeres al negarles el acceso al aborto terapéutico.
Blandón advierte que “el Estado se convierte en una especie de Dios que decide por la vida de las mujeres, decide quién merece vivir y quién tiene que morir”.
Además, se obliga a mujeres a llevar a término embarazos inviables o producto de violación, lo que Blandón describe como “someter a las mujeres a un sufrimiento innecesario”.
La prohibición total también tiene un impacto desproporcionado en niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual, así como en mujeres en situación de pobreza. Según Blandón, esto refuerza ideas patriarcales sobre el papel reproductivo de la mujer, “negándoles autonomía sobre sus cuerpos y proyectos de vida”.
La directora de La Corriente advierte que esta política “tiene un impacto directo en las tasas de mortalidad materna” y perpetúa la idea de que “las mujeres no son dueñas de su cuerpo”, reafirmando nociones discriminatorias sobre el valor y los derechos de las mujeres en la sociedad nicaragüense.
Amnistía Internacional considera que la prohibición del aborto en Nicaragua afecta con especial crudeza a: “mujeres y niñas víctimas de violación o incesto; mujeres y niñas que necesitan tratamiento por enfermedades potencialmente mortales: mujeres y niñas que sufren complicaciones en el embarazo y necesitan tratamiento médico esencial; y, mujeres y niñas que necesitan tratamiento posterior al aborto, ya sea por aborto espontáneo o inducido”.
Por otro lado, la organización agrega que “negar el acceso a servicios de aborto legales y seguros puede causar demoras en la aplicación de tratamientos, lo que supone una amenaza para la salud y la vida de mujeres y niñas nicaragüenses. La penalización del aborto acarrea dolor físico, temor, depresión y estigma. En muchos casos, el sufrimiento puede llevar a la muerte o al suicidio”, detallan en el informe sobre el impacto de la prohibición total del aborto en Nicaragua.
Cifras del aborto en Latinoamérica
Según un informe de 2020 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 97% de las mujeres en edad fértil en América Latina viven en países donde el aborto está restringido o prohibido. Esto limita el acceso a servicios que lo garanticen de manera segura y aumenta el riesgo de abortos inseguros y muertes maternas.
La mayoría de los abortos en América Latina son inseguros, según información de IPAS LAC, lo que puede tener graves consecuencias para la salud de las mujeres. Estos pueden provocar complicaciones como hemorragias, infecciones y daños en los órganos reproductivos.
América Latina está experimentando un proceso de cambio en el derecho al aborto, con algunos países liberalizando sus leyes (Argentina, Uruguay y Colombia) y otros manteniendo restricciones severas (El Salvador, Nicaragua, Honduras).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el aborto como un procedimiento médico habitual, seguro cuando se utiliza un método recomendado por la misma organización, conforme al tiempo de embarazo y si lo practica una persona con los conocimientos necesarios. Señala, además, que cerca del 45% de los abortos se realizan en condiciones peligrosas, y el 97% se practica en los países en desarrollo.
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