La comunidad literaria jinotegana está de luto tras el fallecimiento del poeta Luis Armando Iglesias Gutiérrez, quien fue encontrado sin vida en su casa, ubicada frente al hospital Victoria Motta en Jinotega, este miércoles 11 de septiembre.
Aunque las causas de su muerte aún no han sido reveladas, su partida deja un vacío profundo en la cultura local.
Iglesias, nacido el 12 de enero de 1966, mostró desde niño una gran pasión por la poesía, recitando los versos del gran poeta nicaragüense Rubén Darío, apuntó el escritor jinotegano Harlam Oliva Regidor.
Esta inclinación literaria lo llevó a integrarse a la Casa de la Cultura de Jinotega en 1980, donde comenzó a forjar su camino como poeta y declamador.
Oliva, quien escribió datos biográficos sobre Iglesias, este «comenzó a escribir poesía motivado por la lejanía y la nostalgia de la Patria» durante su estadía en la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1985.
Al regresar a Jinotega, Iglesias continuó su formación académica en la Universidad Centroamericana (UCA), donde se graduó en 1996 con honores como Licenciado en Administración Agropecuaria, destacándose como el mejor estudiante de su carrera, dice Oliva Regidor.
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Sin embargo, agrega, el verdadero amor de Iglesias siempre fue la literatura y la promoción cultural. En 2002, fundó la Asociación Literaria Alfredo Alegría (ALIAL-Jinotega), una plataforma desde la cual promovió innumerables actividades culturales en su ciudad natal.
En 2004, ganó el primer lugar en el Tercer Concurso Departamental de Poesía de Jinotega, organizado por ALIAL.
Ese mismo año, Iglesias fue seleccionado para participar en el primer taller de cuento impartido por el reconocido escritor nicaragüense Sergio Ramírez, convocado por la biblioteca del Banco Central de Nicaragua. Esta experiencia enriqueció aún más su trayectoria literaria, cimentándolo como una figura influyente en el ámbito cultural de Jinotega.
A lo largo de su vida, Iglesias no solo se destacó como poeta, sino también como investigador del baloncesto, promotor cultural y declamador. Fundó su propia academia para la promoción del arte y la literatura, donde impulsó a muchos jóvenes a desarrollar sus habilidades en la oratoria y la declamación, consolidándose como un mentor para las nuevas generaciones.
En 2011, publicó su libro de cuentos y relatos, Indicios de vida, seguido de Huellas de grandes jinoteganos. Su obra literaria y su labor cultural han dejado una marca imborrable en Jinotega y en todos aquellos que tuvieron el honor de conocer su trabajo.
Oliva Regidor expresó su pesar por la muerte del poeta con sentidas palabras:
«No muere el poeta, vive en su palabra, en su verso claro, vibrante y sonoro. No muere el poeta, se transforma en cóndor que desafía las alturas con una visión celeste y nuoménica… Que las musas toquen el arpa y vuelva tu voz a dulcificar la memoria para escuchar tus versos darianos, tu inspiración favorita. Con Baudelaire te despido, estimado Luis Armando Iglesias Gutiérrez, sé siempre poeta, incluso allá en el infinito.»
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