Después de una intensa jornada chapodando un terreno para sembrar frijoles en la propiedad de su familia en El Hatillo, al norte de la cabecera municipal de Terrabona, en Matagalpa, al mediodía de este lunes 26 de agosto, Néstor Isaac Castellón Suárez se disponía a almorzar cuando en su teléfono recibió un mensaje inesperado: la captura de pantalla de una publicación en redes sociales que revelaba que había sido nombrado Novato del Año en el Campeonato Nacional de Béisbol 2024.
La noticia sorprendió al joven lanzador de los Indígenas de Matagalpa que de inmediato empezó a recibir mensajes de más personas, felicitándolo, incluyendo al mánager Franklin Sánchez. “Me llené de mucha emoción, es inesperado”, dice el muchacho de 21 años. Su abuelita y un tío lo abrazaron también emocionados.
Castellón desconoce que es el primer pelotero de Matagalpa que consigue esa distinción en la historia de los torneos nacionales. Antes, solo el jardinero y ocasionalmente primera base de los Productores de la UNAG, Rigoberto Rosales (q.e.p.d.), quien brilló en el IX Pomares (temporada 1988-89) había sido considerado para esa distinción, pero fue superado por Víctor Avellán, de Rivas.
Para el muchacho de El Hatillo el camino a este reconocimiento no fue sencillo. Su historia es un testimonio de humildad, trabajo duro y una fe inquebrantable.
Creció ayudando con las siembras de frijol y maíz en su casa y a otros tíos con los cultivos de tomate y cebolla. Pero también le gustaba jugar beisbol. Fue así que, cuando tenía 17 años, con sus propios recursos viajó a Matagalpa para asistir a las convocatorias de los Indígenas. Parecía un sueño inalcanzable. Matagalpa ha destacado principalmente por su picheo que entonces comandaba Berman Espinoza.
Sin embargo, fue esa misma disciplina, cultivada en las labores del campo, la que lo llevó a entrenar año tras año, sin perder la esperanza, hasta que en 2023 hizo el equipo en el torneo U-23. Le fue bien, ganó cinco juegos, no perdió y hasta tuvo una hilera de 21 entradas sin que le hicieran carreras.
Franklin Sánchez recuerda que el ángulo lateral con el que Castellón soltaba la pelota, principalmente sliders y sinkers, le llamaron la atención. “Este es un buen prospecto”, pensó.
Castellón se convirtió en un abridor confiable. En la temporada de este año inició 20 partidos y tuvo balance de 10-8 con una efectividad de 2.83, en 94 entradas lanzadas. Asestó 31 ponches y otorgó apenas 27 boletos, números que le valieron para que lo designaran Novato del Año.
Incluso, el diestro matagalpino fue considerado para formar parte de la Selección Nacional que participará en el Mundial U-23 que se realizará en China. El poco tiempo para trámites migratorios impidió que lo seleccionaran.
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Los Indígenas quedaron a la orilla de la postemporada. Castellón sigue trabajando en los cultivos, ayudando a su familia. Sin embargo, también hace un tiempo en las mañanas para hacer ejercicios y “bolearse” un rato con su hermano de 17 años, más alto que él, y también con deseos de unirse a los Indígenas.
“Lo llamaron para que fuera a Matagalpa, pero él había sembrado unos frijoles y no le dio chance de ir”, cuenta.
Castellón está en su rutina. Algunos amigos le dicen que es posible que algún equipo de la Liga Profesional pueda estar interesado en firmarlo.
«Siempre la humildad es lo que lo mantiene a uno,» dice Castellón, reflexionando sobre los resultados que obtuvo este año.
Con la misma dedicación que pone en el campo, Castellón continúa su camino en el béisbol, sin olvidar nunca de dónde viene y con la mirada puesta en un futuro lleno de oportunidades.
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