En un cambio de estrategia represiva, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene en silencio absoluto el reciente destierro de los sacerdotes Denis Martínez García y Leonel Balmaceda, de las Diócesis de Matagalpa y Estelí, quienes están en Roma desde el 15 de agosto reciente, confirmó Mosaico CSI a través de distintas fuentes.
A diferencia de los cuatro destierros anteriores, en los que emitió comunicados oficiales anunciando que los sacerdotes “viajaron” a la Santa Sede, esta vez, el régimen ha evitado pronunciarse.
Una posible explicación que encuentra un sacerdote exiliado es que el régimen está cambiando su estrategia “para evitar el escrutinio internacional. Al no emitir ninguna declaración, (Ortega y Murillo) podrían estar intentando disminuir la visibilidad de sus actos represivos y así reducir la presión de organismos internacionales y gobiernos extranjeros”.
Este fin de semana, la Conferencia Episcopal de Costa Rica llamó a una jornada de oración por Nicaragua y Venezuela.
Otra hipótesis del sacerdote exiliado es que el régimen podría estar “buscando infundir un miedo más profundo en la población y en la Iglesia”, enviando un mensaje implícito: “podemos hacer desaparecer a cualquiera sin necesidad de dar explicaciones”.
El padre Balmaceda, párroco de la Parroquia Jesús de la Caridad, en el municipio de La Trinidad, jurisdicción eclesiástica de la Diócesis de Estelí, fue detenido el sábado 10 de agosto; en tanto, el padre Martínez, formador en el Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, fue detenido al siguiente día, cuando se dirigía a celebrar misa.
Suscríbase a nuestro Canal de YouTube
El régimen Ortega Murillo ha intentado controlar la narrativa a través de comunicados oficiales, presentando las expulsiones de curas como si fuesen decisiones voluntarias o “garantía de la paz”.
“El día de hoy tenemos una nota precisamente sobre esas rutas que vamos recorriendo, que son de familia, que son de garantía de la paz, que son de garantía de la justicia y que son garantía de avance… el día de ayer miércoles 7 de agosto, salieron de Nicaragua hacia Roma, siete sacerdotes nicaragüenses que han llegado bien, que han sido recibidos por la Santa Sede…”, dijo Rosario Murillo al confirmar el destierro de siete sacerdotes, seis de ellos de la Diócesis de Matagalpa, pero, esta vez sin identificarlos.
En el caso de los sacerdotes Martínez y Balmaceda, la ausencia de cualquier declaración pública marca un cambio significativo en la forma en que el régimen está manejando estos actos de represión.
En casos anteriores, como el del obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, desterrado el 13 de enero de este año junto al obispo de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora, y 15 sacerdotes y dos seminaristas, Ortega y Murillo se aseguraron de dar a conocer su versión mediante una nota de prensa divulgada ampliamente por la maquinaria propagandística del régimen para presentar el destierro como un acto de benevolencia y no como una violación flagrante de los derechos humanos.
Con el destierro de Martínez y Balmaceda, suman 43 los sacerdotes desterrados de Nicaragua. Cinco fueron enviados a Estados Unidos en un grupo de 222 presos políticos desterrados el 9 de febrero de 2023. Otros 12 fueron desterrados y enviados a Roma el 18 de octubre de ese mismo año.
17 sacerdotes, incluyendo a los obispos Álvarez y Mora, fueron desterrados y enviados a Roma el 13 de enero de este año y un cuarto grupo, de siete sacerdotes, fue enviado también a Roma el 7 de agosto reciente.
Facebook Comments