La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha instado al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a poner fin a la persecución religiosa y a liberar a las personas detenidas arbitrariamente por razones políticas en Nicaragua.
A través de un comunicado de prensa emitido este 14 de agosto, la CIDH expresó “preocupación por la persistente represión en Nicaragua, caracterizada por la persecución religiosa” así como por la “continuación de detenciones arbitrarias” en el país.
La CIDH urge al Estado a cesar de inmediato la represión generalizada y la persecución religiosa en el país. Asimismo, insta a garantizar la vida e integridad de las personas privadas arbitrariamente de la libertad y a ordenar su liberación inmediata, agregó el organismo.
La nota de prensa hace referencia a la información brindada por el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI) entre el 1 y el 10 de agosto del presente año cuando “doce sacerdotes y al menos otras dos colaboradoras de la iglesia fueron detenidas, la mayoría vinculadas con las Diócesis de Matagalpa o de Estelí”.
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De estos, siete sacerdotes fueron expulsados del país y trasladados hacia Roma después de permanecer varios días confinados en el Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, en Managua.
En su nota de prensa, la CIDH destaca que “la represión y persecución se ha extendido a religiones protestantes y evangélicas”. Agrega que, en 2024, según registros del MESENI, el Estado ha cancelado la personería jurídica de más de 60 iglesias o asociaciones evangélicas.
“En abril de 2024, la CIDH otorgó medidas cautelares a favor de diez personas de la iglesia evangélica ministerio «Puerta de la Montaña», que se encuentran privadas de la libertad bajo graves condiciones de detención”, señaló.
La CIDH recordó que el artículo 12 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos reconoce el derecho de todas las personas a la libertad de conciencia y religión, lo que conlleva «la libertad de profesar y divulgar su religión y sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado».
Y finalizó señalado que un espacio cívico abierto, libre y plural es una condición esencial para la garantía de este derecho.
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