Leonel Pérez Obando, más conocido como «Chico sin Huesos», es una figura icónica en la promoción de la cultura afrodescendiente y caribeña. Criado en el histórico barrio de Beholden, en Bluefields, en el Caribe Sur de Nicaragua, este bailarín desarrolló desde temprana edad una pasión por la música y el baile, influenciado por el vibrante entorno cultural de su comunidad.
Nacido el 14 de septiembre de 1980 en Bluefields, “Chico sin huesos” es hijo de Mérida Obando y el único varón entre cuatro hermanos.
Leonel comenzó a mostrar su inclinación por el baile cuando tenía cinco años. A los ocho años, ya formaba parte de las comparsas de su barrio, participando en actividades culturales como los palos de mayo y los carnavales.
Posteriormente, a los doce años, junto a una hermana y dos primas, se unió a otro grupo de baile, lo que le permitió viajar por diversos departamentos de Nicaragua y visitar países como Costa Rica y Honduras.

Fue durante estos viajes que Leonel recibió el apodo de «Chico sin huesos», debido a su extrema delgadez —parecía que el viento podía levantarlo— y la facilidad con la que se movía al ritmo de la música.
Suscríbase a nuestro Canal de YouTube
Este apodo, que en un principio surgió como una observación de su físico, se convirtió en su nombre artístico y en una marca personal que lo acompaña hasta hoy.
“Pocas personas me conocen por mi nombre real, solo mi mamá, que en paz descanse, me decía Leonel”, recuerda con nostalgia.
Más allá de su talento en la danza, Leonel ha dedicado su vida a la educación y el liderazgo comunitario.

Ha recibido formación en talleres de educación sexual y reproductiva, promotoría social, liderazgo, enfermería auxiliar, coreografía y es licenciado en educación intercultural bilingüe.
Esta formación le ha permitido combinar su amor por el baile con un compromiso profundo por la promoción de la cultura y el desarrollo social en la región caribeña.
La trayectoria artística de “Chico sin huesos” es un reflejo de su dedicación a mantener viva la herencia cultural de sus ancestros.
A través de la comparsa Erupción Costeña, ha promovido las danzas tradicionales del Caribe nicaragüense, combinando movimientos sexuales y tradicionales del Palo de Mayo con una habilidad única que le ha ganado reconocimiento tanto a nivel local como nacional.
Incluso, en 2019, estuvo de vacaciones en Estados Unidos y pudo participar en el programa televisivo “Tengo talento, mucho talento”.
Aunque obtuvo el pase a la siguiente ronda, “Chico sin huesos” debió regresar a Nicaragua.
“Mi obligación y deber es seguir manteniendo viva nuestra cultura, porque en nuestro Caribe hay sabor, hay color, hay ritmo, y a través de la comparsa de Erupción Costeña seguiré promoviendo y mostrando nuestras tradiciones que nos dejaron nuestros ancestros como bailarín tradicionalista”, afirma con orgullo.
Facebook Comments