A través de un comunicado de prensa, la Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua compartió las nuevas medidas ejecutivas de la administración del presidente Joe Biden que pretenden frenar el flujo migratorio irregular hacia ese país.
“El presidente Biden está convencido de que debemos asegurar nuestra frontera. Es por ello que hoy anunció medidas ejecutivas para impedir que los inmigrantes que crucen ilegalmente nuestra frontera sur reciban asilo”, se lee en el comunicado de la Embajada estadounidense.
El documento refiere que “las medidas entrarán en vigor cuando la frontera sur se vea desbordada, como ocurre en la actualidad”, frontera por la que más de 2 millones de migrantes han cruzado hacia el norte en solo el año 2023, según la Patrulla Fronteriza, la mayoría de ellos centroamericanos y venezolanos.
Entre las medidas anunciadas por el gobierno estadounidense se encuentran la prohibición del asilo a todos aquellos inmigrantes que crucen ilegalmente la frontera sur, el fortalecimiento del proceso de escrutinio de solicitantes de asilo, el anuncio de nuevas acciones para resolver más rápidamente los casos de inmigración.
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“Estas medidas les facilitarán a los funcionarios de inmigración la rápida expulsión de las personas que no tengan un fundamento legal para permanecer en Estados Unidos”, refiere el comunicado.
De igual manera, el gobierno del presidente Biden implementará la revocación de los visados de directores ejecutivos de empresas y funcionarios gubernamentales que se beneficien de la llegada ilegal de inmigrantes a Estados Unidos, la ampliación de los esfuerzos dirigidos a desmantelar el contrabando de personas, el apoyo en los enjuiciamientos en materia de inmigración, la intensificación de la aplicación de las leyes de inmigración y la incautación de fentanilo en las fronteras.
En este aspecto, el comunicado destaca la imposición de restricción de visado “a más de 250 miembros del gobierno y actores no gubernamentales nicaragüenses, así como a sus familiares directos, por su papel en el apoyo al régimen de Ortega-Murillo, que vende visados de tránsito a migrantes de dentro y fuera del hemisferio occidental que acaban llegando a la frontera sur”.
Para el gobierno estadounidense, estas medidas “facilitarán a los funcionarios de inmigración remover a aquellos (migrantes) que no tienen una base legal y reducirán la carga de los agentes de la patrulla fronteriza”.
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