Marx Bagdiel Guardián Larios, un joven nicaragüense de 31 años, originario de Rancho Grande, Matagalpa, fue asesinado en México mientras avanzaba hacia Estados Unidos con la meta de brindar mejores condiciones de vida a su familia que ahora hace gestiones y busca ayuda para repatriar el cuerpo.
Acompañado de un amigo y guiado por un coyote que les cobró cinco mil dólares, Marx salió de su natal Rancho Grande el 22 de abril recién pasado.
Carlos, el hermano de Marx, relata los angustiosos eventos que sucedieron desde la partida de su hermano: «El coyote prometió entregarlos en ocho días, pero, en México empezamos a notar cosas raras. El coyote desvió la ruta, y pensamos que lo entregó a un grupo criminal para extorsionarnos… nos pidieron 20,000 para que no lo mataran».
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La familia Gurdián gestionó préstamos y a pesar de realizar el pago, no volvieron a tener noticias de Marx sino hasta este jueves 23 de mayo recién pasado, cuando el amigo les avisó telefónicamente que lo habían matado dos días antes.
“Mataron a varios, eran como cuatro muertos”, refiere Carlos.
Aunque lo golpearon y fracturaron algunas costillas, el amigo habría escapado y lo que contó a la familia Gurdián es que “hubo una redada y que a mi hermano lo mataron y que a ellos mismos (migrantes sobrevivientes, incluyendo a Yamir) les tocó envolverlo en unas sábanas blancas y ponerle cintas negras”, relata Carlos.
El cuerpo de Marx está en manos de las autoridades mexicanas y la familia está haciendo gestiones para repatriarlo a Rancho Grande, en Matagalpa.
La familia Guardian Larios está solicitando apoyo para cubrir los gastos de repatriación y las deudas generadas por la extorsión, más de 25,000 dólares.
Han dispuesto de dos cuentas bancarias y dos “billeteras móviles” para recibir colaboraciones.
Marx Bagdiel Guardian Larios, quien cumpliría 32 años el 7 de junio, deja atrás a dos hijos pequeños y a su esposa, Diana. Su sueño era mejorar la vida de su familia construyendo una casa y proporcionando una mejor calidad de vida para sus hijos en Rancho Grande.
La comunidad de Rancho Grande y la familia Guardian Larios siguen esperando más información y ayuda para enfrentar esta tragedia, que destaca los peligros que enfrentan muchos migrantes centroamericanos en su intento de alcanzar una vida mejor en Estados Unidos.