En Bluefields, la ciudad costera del Caribe Sur de Nicaragua, el mes de mayo trae consigo alegría y color con la celebración del Palo de Mayo. Esta festividad, arraigada en la historia y la cultura de la región, más que una celebración; es un tributo a las tradiciones ancestrales y un reflejo vibrante de la riqueza multiétnica de esta parte del país.
Los orígenes de esta festividad, según los historiadores locales, se remonta al siglo XVII, con la colonización inglesa y la llegada de los esclavos negros a la Costa Caribe.
Miss Dollene Miller, pobladora de Bluefields, comenta que los ancestros de la Costa Caribe se reunían en la comunidad y adornaban un árbol que no daba frutos con cintas de colores y frutas diversas. Sin embargo, advierte diferencias entre lo que llama el “Palo encintado” y el “Palo de mayo”.
“Son dos cosas (diferentes), como que la gente lo ve como una sola… y hasta se ve como un híbrido cuando se decora”, señala Miller.
“El ‘Palo de Mayo esta supuesto a ser la actividad tradicional de nuestra gente negra de Bluefields”, relata Miss Lizzie Nelson, educadora y promotora del Palo de Mayo, en un video que le realizó Lunafilmsnic.
Conocida como “La dama de la cultura caribeña nicaragüense”, Miss Lizzie agrega que “nuestro May Pole es la celebración de la fertilidad que se celebra acá”. Explica, además, que la tradición es que, mientras las mujeres bailan, y aceptan a un varón que ha bailado varias canciones y entra en el círculo, “lo que están representando es la fertilidad”.
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La fiesta del Palo de Mayo da lugar a que niños y adultos se reúnan, celebren y muestren al mundo sus trajes llenos de colores. Las mujeres con blusas floreadas y faldas largas que realzan sensuales movimientos de caderas, mientras los hombres con pantalones y camisas flojas que combinan con los coloridos turbantes y faldas de las mujeres.

El “May Pole”, como también le llaman a la celebración, es sinónimo de gastronomía costeña, por lo que nada raro es que entre el tumulto de bailarines alguien ofrezca Patí, o en los patios de los barrios haya un grupo de personas haciendo rondón de pescado o una sopa de carne ahumada.
De acuerdo con distintas versiones, la música que acompañaba estas fiestas recogía en sus letras las anécdotas de la comunidad y eran tocadas por tambores de madera y piel de animales. Pero, la modernidad ha hecho lo suyo. Ahora hay comparsas amenizadas por redobles y bombos que tocan canciones alegres y comerciales que se han adaptado a los ritmos caribeños.
Cada año, el Palo de Mayo reúne a los 18 barrios de la ciudad de Bluefields en una sola fiesta que ha trascendido a través de la historia y contagiado al resto del país.
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