Encaminándose a su primer centenario de erección canónica, que cumplirá en diciembre de este año, la Diócesis de Matagalpa inició este sábado 11 de mayo un Año Santo jubilar con la gracia de la indulgencia plenaria, concedidos por el Papa Francisco a través de la Penitenciaría Apostólica.
El Año Santo jubilar inició con el rito de apertura de la Puerta Santa, en la catedral San Pedro Apóstol, y una misa concelebrada por el clero que queda en la Diócesis, la más golpeada por la persecución del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y que por distintas razones ha perdido ya a más del 40 por ciento de los sacerdotes que tenía registrados en 2020, incluido al obispo, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, encarcelado y posteriormente desterrado y enviado a El Vaticano el 13 de enero de este año.
De acuerdo con la comunicación de la Penitenciaría Apostólica, leída en la misa, el Año Santo jubilar culminará el 19 de diciembre de 2024, fecha en que se cumplen los cien años de la Diócesis.
“Dada la ocasión, en el recuerdo del día del aniversario, se han establecido en toda la Diócesis especiales funciones sagradas y celebraciones de la Palabra de Dios para ser llevadas a cabo desde el día 11 de mayo hasta el día 19 de diciembre 2024, con el fin de ofrecer generosamente una oportunidad a los fieles, ya sea individualmente o en los diversos grupos de comunidades diocesanas, para que se robustezca en ellos la vida espiritual y la gracia de Dios, mediante la recepción de los sacramentos, se estimulen las obras fraternas de caridad sobrenatural y la renovación espiritual…”, refiere el documento leído por el sacerdote Denis Martínez.
La indulgencia plenaria, que es el perdón de los pecados, se concede bajo determinadas condiciones: confesión, comunión, buenas obras o limosnas.
El primer centenario de la Diócesis de Matagalpa tiene por lema: “A cien años de evangelización, caminamos en oración, esperanza y comunión”.
Monseñor Ulises René Vega, Vicario Judicial de la Diócesis, en su homilía señaló que “un jubileo es también un tiempo de misericordia, de anuncio y de perdón, de reconciliación y de celebración gozosa. Comienza hoy este tiempo Santo Jubilar en nuestra Diócesis de Matagalpa. Estamos convocados por Jesús, Señor de la Gloria, porque somos el pueblo de su propiedad, un pueblo de reyes y sacerdotes. Hemos sido congregados para empezar juntos este camino y reconocer ante todo la obra de Dios entre nosotros”.
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El 2 de diciembre de 1913, el Papa San Pío X (Giuseppe Melchiorre Sarto) creó la Arquidiócesis de Managua (el primer arzobispo fue monseñor Antonio Lezcano) y, para una mejor atención pastoral de estos territorios, nombró obispo auxiliar a monseñor Isidoro Carrillo y Salazar, quien residiría en Matagalpa.
Posteriormente, el 19 de diciembre de 1924, el Papa Pío XI (Achille Damiano Ambrogio), mediante la Bula «Animarum Saluti», creó la Diócesis de Matagalpa, cuyo territorio comprendía también al departamento de Jinotega, y monseñor Carrillo fue el primer obispo, tomando posesión el 12 de agosto de 1925.
Monseñor Carrillo gobernó la Diócesis hasta 1931 y luego le han sucedido ocho obispos, incluyendo a monseñor Álvarez, quien el 2 de abril reciente cumplió 13 años de haber tomado posesión como el noveno obispo de Matagalpa. Había sido nombrado el 8 de marzo de ese año.
“Hemos tenido nueve pastores que, por 100 años, han guiado celosamente a nuestra diócesis por caminos misioneros. A la vez, recordamos a nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas que han ayudado a tejer cada parte de nuestra historia y que, en comunión con su obispo, trabajaron, incansablemente”, señaló un feligrés en la monición de entrada.
Además, recordó a “muchos laicos comprometidos y enamorados conscientes, que, en virtud de su bautismo, colaboran para que el mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todas partes según su vocación cristiana”.
La cátedra, el sillón designado para el obispo en las celebraciones eucarísticas, estuvo vacía.
El 19 de diciembre de 2023, en la celebración del aniversario 99, el exvicario general de la Diócesis de Matagalpa y actual obispo de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, presidió la Eucaristía y en su homilía dijo que la Conferencia Episcopal de Nicaragua estaba en oración por monseñor Álvarez, quien en ese momento estaba encarcelado. La Homilía le costó cárcel y el posterior destierro junto al obispo Álvarez, 15 sacerdotes y dos seminaristas.
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