Navidad con amenazas y “detenciones exprés” de sacerdotes en Matagalpa

De acuerdo con algunas versiones, la orden policial es que el clero, diezmado por exilio forzado, despojo de la nacionalidad y destierro, deje de mencionar en las misas al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, quien lleva 508 días cautivo.

Mosaico CSI
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El sacerdote Jáder Guido, segundo vicario de la catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, celebró la misa de las 10 de la mañana, este 25 de diciembre. Captura de video

Poco antes de la medianoche del 24 de diciembre, fue confirmada la liberación del sacerdote Jáder Guido, segundo vicario de la Catedral o Parroquia San Pedro Apóstol en la ciudad de Matagalpa, tras casi 12 horas de detención. Su pecado: elevar plegarias por el obispo de la Diócesis, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, quien es además administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, que comprende a los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia.

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Lo del padre Guido comenzó con la introducción en la misa del IV Domingo de Adviento, este 24 de diciembre, la víspera de la Nochebuena. Entre acción de gracias por los cumpleaños de algunos feligreses y en rogación por la salud de otros, el sacerdote ofreció la celebración litúrgica “en rogación por nuestro obispo, monseñor Rolando, por todos los sacerdotes, religiosos y religiosas de nuestra Diócesis”. También pidió por el alma de obispos y sacerdotes fallecidos en el país. Ese gesto de fe desató la furia del régimen.

Este 25 de diciembre, monseñor Álvarez cumple 508 días en cautiverio, desde el 4 de agosto de 2022, cuando fue forzado al encierro junto a otros clérigos y laicos en la Residencia Episcopal de Matagalpa. Semanas después, el 29 de septiembre, Daniel Ortega dejó clara su intención de imponerse ante la Iglesia, acusándola de ser una “dictadura perfecta… una tiranía perfecta”, además de acusar nuevamente a obispos y sacerdotes de «asesinos» y «golpistas».

Pedir por el obispo de Matagalpa es acto de resistencia

En la llamada Oración Universal u Oración de los Fieles en cada misa, las habituales peticiones por la Iglesia, el Papa, obispos y clero, y particularmente pedir por el obispo de Matagalpa, se han convertido en actos de resistencia.

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Sin embargo, las amenazas acechan al clero diocesano de Matagalpa, que, diezmado por el exilio forzado, el despojo de la nacionalidad nicaragüense y el destierro se ve obligado a enfrentar la presión del régimen Ortega Murillo para silenciar su voz. De acuerdo con algunas versiones, la orden policial es evitar que el obispo Álvarez sea mencionado en las celebraciones.

Monseñor Escoto Matagalpa
Monseñor Óscar Escoto, Vicario general de la Diócesis de Matagalpa. Foto tomada de Facebook

La detención y posterior liberación del padre Guido no es un hecho aislado. La noche del 21 de diciembre, el Vicario General de la Diócesis, monseñor Óscar Escoto Salgado, fue secuestrado por policías y civiles armados, liberado al día siguiente y obligado a abandonar la Residencia Episcopal de Matagalpa para ser llevado a Managua. Un claro mensaje de intimidación.

Para el matagalpino especialista en Administración de justicia, Yáder Morazán, quien se encuentra exiliado en Estados Unidos, los casos de monseñor Escoto y del padre Guido en Mataglpa, configuran el delito de «secuestro extorsivo con fin político» del que habla el art. 164 del Código Penal de Nicaragua.

Esto escribió Morazán en su cuenta de X, antes Twitter:

Otro de los ataques contra la Iglesia sucedió días antes en La Cruz de Río Grande, en el Caribe Sur, donde policías y civiles armados secuestraron al obispo de la Diócesis de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, y a los seminaristas Alester Sáenz y Tony Palacios, quienes permanecen en condición de desaparición forzada.

Sin información oficial

Nadie del régimen y tampoco de la Iglesia se ha referido oficialmente a las detenciones del obispo Mora y los seminaristas; tampoco a los eventos con monseñor Escoto y del padre Guido en Matagalpa.

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A pesar de las sombras que oscurecen el horizonte eclesiástico, la luz de la fe persiste. Este 25 de diciembre, monseñor Escoto y el padre Guido celebraron misas de Navidad en la Parroquia Santa María de Guadalupe y en la catedral San Pedro Apóstol, respectivamente.

En la homilía de la misa de Navidad, el padre Guido destacó que “los santos, padres de la Iglesia, ven en este misterio de la Encarnación, cómo el poder de Dios se manifiesta en dos palabras: en el servicio y en la pequeñez, en la sencillez, en la humildad”.

Vicario parroquial Jáder Guido
Padre Jáder Guido. Captura de video

“El misterio de la Encarnación, el mensaje que nos da es que el poder también de la Iglesia es un poder que se manifiesta desde la pequeñez, desde el servicio, desde el amor a los hermanos. No es un poder como estructura mundana o estructura humana… el amor tiene un poder incomparable”, dijo el padre Guido.

Al final de la misa, mientras el coro interpretaba como canto de despedida “Un gajo de chilincocos”, del artista exiliado Carlos Mejía Godoy, los feligreses se encaminaron frente al altar mayor de la catedral y uno a uno abrazaban al padre Guido. Un gesto de amor de la feligresía hacia sus pastores.

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